Podría parecer exagerado decir que un grupo de personas sin cargos ni
fortunas están cambiando el mundo, pero no es así. Cambia el mundo toda vez que
se logra mejorar la vida de una sola persona, cerca de uno, cuando alguien logra
superar un conflicto por la generosidad de otros. Tal vez no aparezca en la tapa
de los diarios, pero... el mundo cambió.
Muchos en la
Argentina saben qué es. O al menos podrían decir con sus propias palabras qué
hace la Red Solidaria.
La Red Solidaria, como alguno podrá recordar,
nació como la Red Informática Solidaria, una idea de materializar las
intenciones de cambiar lo posible, de unir a quien tiene una necesidad con quien
puede dar una solución, un puente desinteresado entre personas y sus
situaciones.
Juan Carr, su inspirador y cara visible,
sigue siendo más o menos el mismo que fue siempre, desde chico.
Él, igual
que muchos otros, se comprometió desde siempre con aquel que estaba solo,
enfermo, necesitado. Tal vez, y eso no es poco, la diferencia fue la impronta,
la manera práctica de enfrentarse con estas situaciones.
"¿Cuál
es el llamado más importante?", le pregunté una vez en una de las
tantas charlas con y sin micrófono que tuvimos. "El próximo",
dijo con su particular estilo de dar en el clavo con la frase que a uno lo deja
pensando y hasta lo descoloca. El próximo llamado es estar preparado para el que
llega con su necesidad, no importa cuál sea.
Lo entrevisté muchas veces y
no fue un hecho casual haberlo descubierto. Hacíamos un programa de radio que
incluía de modo sostenido la solidaridad, en tiempos en los que no había
secciones especiales en los diarios ni contenidos regulares dedicados al bien
público. No era fácil la tarea de producción pero se hacía. Y como teníamos las
antenas dispuestas para encontrar gente y emprendimientos solidarios saber de la
Red Solidaria y llamarlo a Juan fue lógico.
Tuve ocasión
de verlo trabajar en la histórica "sede" en Vicente López. Atendiendo un llamado
sin prisa y sin pausa, dando contención al tiempo de acercar una salida pronta,
práctica, un dato preciso. Un gusto encontrar ese vital equilibrio.
Una
linda entrevista fue en el ciclo que organicé en el Teatro del Viejo Concejo.
Ahí aparecieron voces de gente que lo conocía desde chico, que recordó que era
el que siendo adolescente era el que se detenía a conversar y se preocupaba por
un indigente, y hasta lo llevaba a comer a casa de amigos.
Por haber
estado atento a las cosas de la Red es que participé del curso de Cultura
Solidaria en el Instituto Pedro Poveda, una excelente forma de aprender más
sobre temas imprescindibles.
La Red Solidaria es una manera de trabajar
que se puede copiar, es una iniciativa sin formalismos innecesarios, es juntarse
a sabiendas que lo importante es el otro, es prescindir de cargos y estructuras
pero valorar el compromiso.
Mensaje de la Madre Teresa de Calcuta
A
Juan lo conoce y lo valora mucha gente. Él aparece,
generalmente, en los medios cuando la necesidad lo impone, pero siempre dice lo
mismo, siempre resume los méritos de la Red Solidaria y se muestra desbordado
por la respuesta frente a una campaña emprendida. Siempre agradece, siempre
señala su lugar como el de un tipo común, siempre insiste en que lo importante
es sumar a la respuesta urgida en la tragedia el compromiso sostenido con la
realidad más inmediata. Y porque a veces tenemos todos la sensación de que la
cosa es distinta -principalmente porque los corruptos se roban fácilmente la
tapa del diario-, él se ocupa de destacar que la mayoría de la gente es noble,
desinteresada, honesta, esforzada y solidaria, aunque aún así no se logre
reducir la cantidad de pobres de la Argentina.
Juan Carr no es la Red Solidaria, pero es la referencia
inevitable de esta sana locura iniciada por un grupo de amigos
(Juan Hayd, Raúl Flores,
Irma Oriana de Vicent y María, la esposa de
Juan) fueron parte del despertar de la idea cuyo primer "caso"
fue ayudar a una mujer embarazada que pensaba abortar su hijo. Y que se pudo
hacer lo necesario para que esa tragedia no ocurriera.
Como se ocupa de incluir en su balance de estos 19 años, la Red Solidaria
resume qué cosas hizo:
- 1 casa fue construida para un chiquito con una enfermedad muy compleja.
- 7 campañas terminaron en un trasplante de médula osea.
- 16 catástrofes naturales donde se dio una mano.
- 81 temáticas sociales donde seguimos intentado dar respuestas.
- 145 organizaciones amigas a quienes acompañamos.
- 224 actividades terminaron en trasplantes efectivos.
- 225 jóvenes y adultos perdidos fueron encontrados.
- 310 camiones fueron enviados con alimentos y ropa en distintas emergencias.
- 475 campañas solidarias junto con la comunidad.
- 900 colaboradores digitales nos acompañan cada día.
- 988 notas sociales fueron difundidas a través de la televisión.
- 1.300 voluntarios pasaron activamente por la red.
- 1.820 notas gráficas nos permitieron comunicarnos con la sociedad.
- 1.995 personas en situación de calle con quienes compartimos distintos
momentos.
- 2.355 lugares que conocimos donde se trabaja por los más postergados.
- 2.964 notas difundidas a través de la radio.
- 4.100 donantes de sangre respondieron a algún llamado urgente.
- 14.100 pacientes pudieron obtener sus drogas y medicamentos en enfermedades
complejas.
- 130.000 amigos nos acompañan en Twitter.
- 118.000 amigos difunden con nosotros en Google Plus.
- 184.250 correos recibimos desde 1998 y tratamos de responder.
- 193.375 llamadas telefónicas desde febrero de 1995.
- 280.000 amigos nos dan una manos en Facebook.
- 650.000 botellas reciclamos hasta el momento.
- 1.200.000 lugares en Internet mencionan alguna actividad solidaria.
- 4.650.000 personas nos dieron un mano en situaciones de catástrofes.
- 6.400.000 personas alguna vez participaron en una actividad de la red.
- 39.000.000 de tapitas de agua y gaseosas recicladas.
"Con todos ustedes, se cumplieron 6.935 días y 554.480 horas de
voluntariado".
-> Alberto Mora
Director de Contenidos