La Fundación COR -dedicada desde 1993 a construir un proyecto de vida para hijos de personas con VIH-SIDA- celebró un cierre de año con un encuentro en su sede de Beccar, en la tarde del miércoles 19 de Diciembre al que asistieron voluntarios y colaboradores.
Desde aquel ya lejano comienzo en la década del '90 hasta hoy, y luego de no pocos esfuerzos, la Fundación ha demostrado que un trabajo responsable, claro en sus objetivos y coherente, puede hacer que los chicos –que nacieron en su mayoría en familias disfuncionales- puedan crecer sanos física y emocionalmente.
“Este ha sido un año difícil para la Fundación”, señala al comenzar la charla con Portal UNOSilvia Valerio, presidente de la entidad, en el día en que se realizó la sencilla y alegre fiesta de fin de año.
“De todos modos, casos como el de Gabriel, un joven que hoy tiene 25 años, que estudia sociología en la U.B.A., que trabaja en un restaurante, que ya es padre y que considera como su familia a la Fundación –que lo cuidó desde los 6 años-, son un estímulo para continuar día a día con la misión de cambiar para bien la realidad de quien nació al mundo en un escenario complejo”.
Afortunadamente hoy el SIDA se transformó en una enfermedad crónica (algo muy distinto de lo que ocurría hace más de una década), pero para COR la enfermedad es el menor de los problemas. “Tenemos chicos con dificultades asociadas que son mucho más graves, con daños neurológicos, con mamás adictas, etc.”
Ante la pregunta de cómo se puede romper un círculo signado por las adicciones y el descontrol, Silvia no duda en señalar que hay que “trabajar mucho con la familia, con la que haya, partiendo de la verdad de que cada niño es único e irrepetible. Nos sentamos con la gente del equipo técnico a ver qué tenemos, con qué contamos, cuáles son los recursos del niño, por qué situaciones pasó. Vivimos en una época de mucha violencia y tenemos chicos con situaciones de abuso y hasta víctimas de trata. No están internados por pobreza, sino porque hay motivos por los que se le pide a la Fundación COR que se los contenga, que lo encaminemos con escolaridad, salud y, sobre todo, con afecto.”
“Siempre recordamos el caso de dos hermanitos (una nena de 5 y un varón de 3) que habiendo perdido a sus padres tenían a sus abuelos y a unos tíos. Sin embargo, los adultos estaban más ocupados en tratar de demostrar quién de los padres había contagiado el VIH al otro en lugar de pensar en los chicos y nadie se hizo cargo de ellos”.
Hay chicos que, por haber nacido en un ambiente de desamor, son agresivos. “Por eso esto es un trabajo de hormiguita de todos los días. Todos los días un gesto de amor”
La prevención
“La familia sabe, puede y debe encarar la primera prevención con sus hijos". Pero, "para la prevención del SIDA podemos llamar a un médico y sabemos lo que nos va a decir con relación a los métodos de barrera, pero ¿quién habla de valores?. Nosotros sostenemos lo importante de la fidelidad mutua y la abstinencia, y quien tenga valores diferentes podrá sugerir el uso de preservativo. En la prevención del VIH hay que trabajar estos temas, además de lo referido a adicciones a las drogas y al alcohol. Porque cuando hay consumo de sustancias no se está en condiciones de discernir para cuidarse de las enfermedades de transmisión sexual”.
El equipo
Cada uno de los 25 voluntarios que ofrecen su trabajo en COR “debe tener mucha humildad, mucha vocación de servicio y, sobre todo, mucha coherencia de vida”, destaca Silvia Valerio.
“El voluntario tiene que disfrutar lo que hace, tiene que sentirse pleno. Algunos están abocados a la recreación, otros a acompañar al hospital a hacer un tratamiento a un niño, otros en una internación, otros en llevarlo a la escuela, en un apoyo escolar, otros en hacer trabajos de plástica, a valorar el ‘por favor’, el ‘gracias’, etc. Estos chicos serán los hombres de mañana y van a formar parte de nuestra sociedad”.
Los voluntarios y las cuidadoras (rentadas) sobre todo, coordinados por el equipo técnico tienen una tarea de seguimiento y cuidado permanente que hace que se deba estar siempre alerta, frente a situaciones de salud de los chicos –no hay que olvidar que algunos de ellos tienen VIH y por ello sus defensas bajas pueden provocar distintas afecciones- o por temas de familia a consecuencia de progenitores con adicciones.
En tiempo de clases los chicos se levantan a las 7:00. Antes de salir para el colegio –los que deben hacerlo- toman su medicación y luego asisten a la institución que corresponda de la zona. Vuelven al mediodía a almorzar y parten los otros del turno tarde. Por supuesto, si hay chicos que tienen que hacerse estudios médicos lo hacen en horario matutino con la coordinación del equipo de salud.
En este punto vale mencionar que cada chico tiene su propio historial médico donde se asienta toda atención o tratamiento, de modo tal que en cualquier momento que sea necesario es posible saber al detalle la situación de cada uno.
Los recursos
"En lo que estamos gastando mucho es en transporte. Cuando no disponemos del auto propio, nos vemos obligados a pagar remises y eso nos sale muy caro. Pero cuando hay que llevar a un chico a un tratamiento médico, por ejemplo, no se puede evitar", dice Silvia, al tiempo que detalla que por 30 o 50 pesos mensuales como mínimo es posible apoyar la obra en favor de un futuro mejor de los chicos.
Sostener el servicio que realiza la Fundación COR -integrante de la Red de Hogares de la diócesis de San Isidro y del Consejo Municipal de Niñez- implica, sin dudas, una cantidad importante de gastos (cerca de 20.000 pesos en cargas sociales), que son afrontados con el aporte de padrinos y subsidios del Estado, además de valiosas intervenciones, como la de la Fundación Ideas del Sur que solventa el hogar en Beccar (hasta que la casa de Int. Becco 950 en San Isidro sea reparada) y los talleres semanales de plástica destinados a estimular la creatividad para mejorar los vínculos y la convivencia entre el grupo de chicos.
Además están las empresas, como Johnson & Johnson que eligió a la Fundación COR para que los chicos disfruten de una fiesta en su planta de Pilar que los voluntarios corporativos organizan como parte de una acción de Responsabilidad Social Empresaria.
El panorama a futuro
"Hay mucho desafío hacia la indiferencia, hacia la intolerancia y la exclusión". Frente a un panorama difícil, en que la realidad fabrica diariamente cada vez más casos que atender, la presidente de COR expresa categórica que "vamos a seguir luchando. Pero debemos parar y reflexionar. Es necesario que todos busquemos salidas serias con gente que sepa, y dejar de lado los egos, que el nosotros abarque más, que haya más comunión".
A modo de ejemplo de lo que generan políticas que no ayudan a superar el presente, recuerda "Aquí han venido padres pidiendo el DNI de su hijo y la constancia escolar porque tenían que ir a cobrar los planes". Eso definitivamente no sirve para cambiar las cosas.
No obstante, la esperanza y el compromiso están por encima de todo. "Somos vecinos los que trabajamos acá, somos nosotros los que podemos con lo que esté a nuestro alcance hacer las pequeñas grandes cosas que le darán a estos chicos un horizonte mejor", señala convencida.