Un nuevo centro de la Red CONIN para seguir luchando por una Argentina sin desnutrición
Con la alegría y la lógica inquietud de un paso importante, Sonia Jorrat, titular del nuevo Centro ACER (Acompañar con Educación y Responsabilidad) de la Red CONIN, recibió a Portal UNO antes de la inauguración de esta sede en la calle Juan B. Justo 1425, Beccar, que trabajará bajo los lineamientos de la fundación creada por el Dr. Abel Albino para luchar contra la desnutrición infantil.
Para llegar a este punto, fue necesario contar con la generosidad de no pocas personas y empresas que se sumaron a esta intención de atender al niño desde que nace y a su madre para fortalecer el vínculo que los une, para facilitar el aprendizaje de normas elementales de higiene, de manejo de alimentos, de cocina y de relación, entendiendo que tanto alimentos físicos como afectivos, son los que necesita un niño y una familia para crecer en salud.
Sonia Jorrat, una contadora que hace 8 años conoció CONIN y que antes vivió en el extranjero y se desempeñó en el Banco Mundial, viendo las realidades sociales desde otro lado pero siempre movilizada por atender eficazmente la necesidad de quien vive situaciones difíciles, ahora no sabe -ni desea- ponerle límite a este nuevo rol.
Sucede que descubrir todo lo que es posible lograr cuando se concentra la labor de un equipo de profesionales y voluntarios en favor de mujeres y niños de zonas carenciadas, como lo es el barrio La Cava, provoca fácilmente más y más dedicación.
Este centro, que buscará continuar la tarea ya realizada en Vicente López por unas 200 familias, funciona en una propiedad cedida en comodato por la familia Goetz y sobre la cual se iniciaron las refacciones en el mes de Enero. Simultáneamente, todo el equipo recorrió La Cava reconociendo la situación y aceptando el desafío de trabajar por cambiar esa realidad de carencias de distinta índole.
Con la prevención y la estimulación es posible evitar o reducir los efectos de la desnutrición que padecen los niños de 0 a 2 años. Para ello, una de las tareas es acompañar, sostener y capacitar a las madres (en ocasiones solas) con talleres de nutrición y de cocina.
Los chicos de 2 a 5 años reciben además de un desayuno (gracias a la colaboración de la empresa Adecoagro que dona la leche, de Haus Brot que acerca el pan, y de La Salamandra que dona el dulce de leche) una estimulación integral, que incluye juegos y actividades diversas, que les permitirá incorporar o reforzar aspectos emocionales valiosos para su crecimiento, evitando en un futuro comportamientos violentos para sí y para otros.
Las madres, por su parte, reciben conocimientos sobre manipulación de alimentos, cómo potabilizar el agua, desinfectar una mamadera, preparar comidas con nutrientes aún con pocos recursos.
Además, las madres pueden adquirir a muy bajo costo prendas de un ropero social, impulsando el valor del cuidado hacia las prendas y la importancia del esfuerzo por lograr tenerlas.
Otra actividad que realizan las madres es un taller de cuentos a cargo de una voluntaria, lo que les acerca la oportunidad de entretener a sus hijos con una tarea que refuerza el vínculo materno.
Inculcar el amor al trabajo, estar junto a una madre que les cocina y no que los lleva a un comedor social, percibir el respeto, rodearse de un entorno de generosidad, puede -sin dudas- cambiar la realidad de un niño y de un adulto.
La casa donde funciona este centro de la Red CONIN cuenta con una amplia y bien equipada cocina, un jardín con juegos y una huerta orgánica, una sala de estimulación dotada de múltiples elementos para acercar a los niños mediante juegos al orden, el aseo y la convivencia, baños totalmente equipados, consultorio y un rincón dedicado a la espiritualidad con una imagen de Jesús, el Buen Pastor.
En la sala de estimulación los chicos aprenden cómo poner la mesa, cómo hacer una valija, como doblar la ropa, entre otras tareas hogareñas, va dotándolos de aprendizajes que, con el tiempo, los ubicarán con una mirada distinta frente a su entorno, provocando actitudes sanas e integradoras.
Ya que el Centro ACER no cuenta con subsidios y se sostiene con donaciones, sólo puede atender a 16 familias, aunque el objetivo es elevar el número a 30. Para ello están abiertas las puertas para colaborar con ropa, alimentos y dinero, además de sumarse como voluntario.
El centro incluye un plantel de 8 personas fijas, rentadas, y voluntarios, entre ellos una pediatra que realiza tareas de prevención y control.