Luego de la grata noticia de saber que el seleccionado argentino llegaba a semifinales después de 24 años, la batalla librada contra uno de los "monstruos sagrados" a los que había que temerle fue superado por un equipo que no dejó de entregar un gran esfuerzo físico para lograrlo.
Si bien la victoria argentina llegó con la definición de penales y la meritoria tarea del arquero Romero, todo el equipo demostró un gran compromiso con el juego.
No se cometieron muchas faltas por parte de los argentinos, se cuidó la pelota en la mayor parte del encuentro, se dieron pases más precisos que partidos anteriores, se intentó y hasta se podría haber llegado a definir durante el tiempo reglamentario.
Holanda no varió demasiado su juego, buscando el momento de desconcentración que nunca llegó. Garay en el fondo despejó muchos tiros hacia la zona de riesgo, Mascherano no dejó un minuto de ser el motor estimulante y organizador del juego, Agüero estuvo temeroso por la lesión sufrida y no estuvo al 100%, Demichelis jugó impecablemente, Lavezzi no dejó de estar donde hacía falta, Pérez, Rojo e Higuaín dieron batalla, Messi no descolló como se esperaba pero estuvo, las lesiones fueron toleradas con entereza, se corrió hasta el cansancio y se entregó todo el esfuerzo del que se fue capaz. Hubiera sido una picardía no coronar tanto con una victoria.
Cada jugador, a su modo, demuestra que hay equipo. Todos destacan la entrega, el esfuerzo, la superación, el saludable contagio que provocan los mejores para seguir corriendo e intentando.
Alejandro Sabella, siempre medido con sus palabras, consideró que técnicamente el partido fue un empate y asegura que ante Alemania se hará el mejor esfuerzo para ganar. Y valga el ejemplo del este encuentro con Holanda como demostración de convicción.
Esperaremos con ansiedad a las 17:00 del domingo 13 de Julio.