El SIC se aprovechó de un inconstante y confuso Belgrano para vencerlo por 36 a 14 en el UBRA Top 14. ¿Las claves para su éxito? El orden defensivo y la efectividad para golpear en los momentos justos.
La paridad y la fricción lógica para imponer condiciones en un duelo donde la batalla de forwards era clave, fue una constante en los primeros minutos de juego. Por eso, la visita advirtió que la diferencia estaba en la liberación de la pelota hacia las puntas para que sus backs se encarguen de desnivelar el desarrollo a su favor.
Así fue como luego de un sólida obtención en la hilera y de percutir con sus delanteros, Marcos Rosasco recibió en soledad tras el pasamanos de sus backs y sacó ventaja de siete puntos. A esa altura la claridad de uno y la impaciencia del otro, le permitían sacar provechoen un contexto sumamente equilibrado.
Pero las dudas en los dueños de casa continuaron y el campeón se valió de sus imprecisiones para castigarlo con su mejor herramienta. ¿Cuál? Su efectividad. De esta manera, Lucas Alcacer -pisó la línea antes de apoyar- coronó en el ingoal una buena maniobra colectiva para irse al descanso arriba por 12 puntos.
Una genialidad de Tomás Cubelli filtrándose por la punta, propició el penal o penal y la posterior amarilla de López Mañan. A esa acción la siguió una inconducta de Santiago Artese para que los de San Isidro jueguen con 13 en los primeros 10 minutos de la segunda etapa.
Esa diferencia fue capitalizada por los de Virrey del Pino que golpearon por intermedio de Hernán Olivari, luego de una avivada de su medio scrum jugando rápido un penal, y un inexistente try penal concedido por Leonardo Borghi ante la presunción de un empujón en una jugada previa.
Sin embargo, esa ventaja poco le duró al Marrón ya que Benjamín Madero puso adelante a su equipo después de una infracción frente a los postes y Joaquín Domínguez estiró la cuenta quebrando por el centro para decretar el 22 a 14 parcial.
Ese impacto hizo mella en el corazón de los dirigidos por Conti, Gradín y Tramezzani que no encontraron respuestas para revertir el match. Así, todo se limitó a saber por cuánto serían las distancias entre uno y otro.
Y el broche de oro de una tarde perfecta se lo dieron José López Mañan al capturar un kick a cargar y Lucas Alcacer -ambos fueron figuras- al ejecutar un penal rápido para establecer una diferencia tan lapidaria como justa.