Considerado el "Tiger Woods" de los años '80, que a los 22 años ganó su primer Open británico, el ex campeón de golf español Severiano Ballesteros, cuyo estado de salud se había deteriorado mucho en las últimas horas, murió a los 54 años en la madrugada del sábado 7 de Mayo en su casa del norte de España, anunció la televisión pública española.
Ballesteros "ha fallecido esta madrugada en su casa de Pedreña a las 02:10 horas consecuencia de una insuficiencia respiratoria", informó TVE1. Su familia había anunciado el viernes en un comunicado en la página web del ex golfista, operado en 2008 de un tumor cerebral, que su salud había empeorado de forma "severa" en los últimos días.
Ante su muerte, la familia emitió un comunicado en el que "agradece todas las muestras de apoyo y cariño que se vienen recibiendo desde que Seve ingresó el 6 de octubre de 2008 en el Hospital Universitario la Paz de Madrid", y en el que pide "respeto a la intimidad en momentos tan dolorosos".
Ballesteros fue operado en Octubre de 2008 y otras tres veces más los dos meses siguientes. Retirado desde julio de 2007, Seve reanudó sus apariciones públicas a mediados de 2009.
El pasado año, tras su recuperación, patrocinó la candidatura de España a la Ryder Cup de 2018, cuya sede no llegó a conocer, ya que se anunciará el 18 de Mayo. El Gobierno de Cantabria decretó 3 días de luto oficial en la región por la muerte del deportista, ya que este tenía el título de Hijo Predilecto de la Comunidad Autónoma, según han confirmado a fuentes del Ejecutivo.
Durante sus años en la élite fue un jugador elegante de estilo innovador, considerado el mejor golfista europeo de la historia.
Su impresionante trayectoria incluye cinco "grandes", el Abierto Británico de 1979, 1984 y 1998 y los Masters de Augusta de 1980 y 1983, en 33 años años de carrera. Ganó además en cinco ocasiones la Ryder Cup con el equipo de Europa, una de ellas como capitán, en 1997.
Divorciado de Carmen Botín, hija del presidente del banco Santander, Emilio Botín, y padre de tres hijos adolescentes, desde su retirada se dedicaba al diseño de campos de golf.
Tras su convalecencia, creó en 2009 la Fundación Ballesteros para recabar fondos de investigación de los tumores cerebrales.
Ese año recibió el Premio Nacional del Deporte, que se añade al Premio Príncipe de Asturias del Deporte con que había sido distinguido en 1989.
"La estrella más brillante se apaga", titulaba el diario El País en su edición digital. Para el diario, Ballesteros era un "icono mundial del deporte".
Seve consiguió "un lugar permanente de admiración en el Reino Unido, donde se le consideraba uno de los mejores deportistas de la historia, si no el más genial", "capaz de revolucionar" y "descubrir una nueva forma de jugar al golf", según El País.
"Me he sentido muy querido, superprotegido por el público británico", había dicho el golfista, según el diario.
Su Fundación
De acuerdo a lo publicado en su sitio web oficial, Seve Ballesteros quiso a través de su fundación, dedicar esfuerzos a luchar contra la enfermedad que padecía, el cáncer.
El cáncer es una enfermedad que no diferencia razas, idiomas, edades, niveles sociales. En definitiva es la verdadera guerra que la humanidad ha de ganar tarde o temprano. La Fundación Seve Ballesteros desea aportar todo lo que pueda a la investigación contra esta enfermedad.
"Entiendo perfectamente a la gente y las familias que sufren todos los días por enfermedades graves. Yo tengo la suerte de tener una segunda oportunidad y, dado que me encuentro en una situación desde la cual puedo aportar un grano de arena, es mi deseo ofrecer aquello que pueda con la esperanza de que algún día se encuentre la solución a este grave problema. Esta va a ser la prioridad en la Fundación. Es muy duro lo que he vivido. Los médicos de La Paz me han salvado la vida, y la lucha constante es vital. Merece la pena luchar.", había escrito en prestigioso deportista.
La Fundación Seve Ballesteros realizará también acciones que apoyen y ayuden a jóvenes jugadores de golf que no cuentan con recursos económicos suficientes. "Mis inicios como caddie no fueron fáciles, y en su día hubo una serie de personas que me ayudaron a conseguir arrancar mi carrera deportiva. El golf me lo ha dado todo, y me hace ilusión, ahora, poder tener la oportunidad de apoyar y ayudar a aquellos jóvenes que lo necesitan. Y quien sabe, quizá algún día pueda estar orgulloso de haber ayudado a alguien que destaque en el mundo del golf."