El San Isidro Club recibió a un grupo de chicos de Medellín, Colombia, en una experiencia que utiliza al deporte para alejar a los chicos de la violencia.
En el partido de ayer, los juveniles del SIC, actuales campeones del torneo local, ganaron por un alto marcador a sus visitantes, pero más allá de la superioridad del equipo local, lo más rescatable para los dirigentes sanisidrenses fue la actitud de los novatos rugbiers colombianos a quienes felicitaron por su entrega y sus ganas de probarse en un deporte al que le hace falta madurar en Colombia.
El encuentro tiene una importancia especial ya que el rugby no es un deporte popular entre los colombianos, pero desde hace algún tiempo el Instituto de Deporte y Recreación de Medellín eligió esta disciplina para disminuir los niveles de agresión entre los chicos de la ciudad.
La iniciativa del INDER, que contó con el apoyo del ex Puma Diego Albanese, quién viajó hasta esa ciudad para difundir un deporte prácticamente desconocido para los colombianos, ha sido tan bien recibida que ya más de mil chicos que viven en situaciones de riesgo han encontrado en el rugby una forma de vida.
“No nos pasa todos los días, es un privilegio entrenar en la que consideramos la catedral del rugby en Sudamérica” dijo, emocionado, Jaider Pemberthy, 17 años, quien, como muchos de sus compañeros, era la primera vez que salía fuera de su país. Y todo gracias al rugby, y a un programa exitoso que utiliza al deporte como una herramienta de inclusión social.