El sábado 28 de Mayo es el cumpleaños de Pedro Edgardo Giacchino, el soldado argentino que murió el 2 de abril de 1982 en nuestras islas Malvinas. Una fecha que, seguramente, muchos ignoran y que debería formar parte de la memoria colectiva.
Los Infantes de Marina y el Ejército habían rodeado la casa del entonces gobernador Rex Hunt y lo habían emplazado a entregarse. Las ordenes argentinas era no producir bajas. Ante la resistencia inglesa a entregarse inmediatamente, el Capitán Pedro Edgardo Giacchino avanza con un par de hombres sobre la casa del gobernador que estaba cercada por fuerzas propias, siendo acribillado por balas británicas.
El relato de ese hecho cobra intensidad en las palabras del teniente de corbeta de infantería Bernardo Schweízer:
"Llegamos a la zona de operaciones embarcados en el destructor Santísima Trinidad. Nuestra misión fue lograr objetivos antes que la fuerza de desembarco hiciera su arribo a Malvinas. Nos transportamos desde el buque en lanchas neumáticas. Estaba formada, aproximadamente, por cien hombres y debíamos tratar de realizar la operación lo menos cruenta posible, por órdenes expresas del alto mando".
"Tuvimos pequeñas escaramuzas con marines que fueron rápidamente neutralizadas y en ese trayecto fuimos tomando los primeros prisioneros".
Y el teniente de fragata Gustavo Luro relata:
"...la compañía de Comandos Anfibios se separó en dos patrullas, una a cargo de su jefe y la otra del capitán Giacchino. Junto con él, nos dirigimos hacia la casa del gobernador, donde se habían agrupado los infantes ingleses. A través del teniente García Quiroga, que era el que hablaba fluido inglés, nos comunicamos con el gobernador para que se entregue y evitar así un inútil derramamiento de sangre".
"Al no obtener ninguna respuesta, se hizo un tiroteo intimidatorio y volvimos a insistir con el mensaje. Como respuesta recibimos una andanada de disparos desde la casa. Así que se resolvió atacar en los parámetros ya preestablecidos. Se forman los diversos escalones y cuando estaba amaneciendo resolvimos empezar con el operativo. El capitán Giachino estaba al mando del primer escalón, así que fue el primero que logró entrar a la casa. El tiroteo se prolongó desde la seis de mañana aproximadamente hasta las nueve. Este buzo llegó a una de las habitaciones vacías de un gran caserón deshabitado. Como no tuvo ninguna resistencia salió a un patio interior, donde fue alcanzado por una ráfaga de ametralladora junto al teniente García Quiroga, que lo seguía en segunda instancia. Fueron los dos primeros en caer".
"El resto de los suboficiales retrocedieron ante la amenaza de esa ametralladora. Pero siempre existen las actitudes heroicas a las que hay que destacar. El cabo segundo Urbina, enfermero de patrulla, que no pertenecía al escalón del capitán olvidándose del fuego intenso del arma, corrió en auxilio de los jefes. Sin contemplaciones y a pesar de exhibir claramente sus insignias de sanidad, fue también herido".
"Allí quedaron sin que nosotros pudiéramos ayudarlos. Así estuvieron desde las 7.30 hasta las 9 de la mañana, que se rindieron".
El teniente de navío médico Arturo Gálica recordó sobre el hecho: "Llego a la casa del gobernador, avisado que allí estaban los heridos. Veo al capitán Giachino cuando lo suben a un jeep que lo llevaría al hospital. Su estado era sumamente grave, tenía dilatación pulmonar, con indudables signos de hemorragia e inconsciente. Le hicimos todo tipo de auxilio de reanimación en el vehículo y después en el hospital, incluso tuvimos la ayuda de un médico inglés. Durante más de quince minutos estuvimos luchando pero las heridas y el tiempo que estuvo sin atención médica influyeron para que el desenlace fatal fuera inevitable".