El Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, denunció el jueves 6 de Septiembre que la explotación sexual, un aberrante delito (que afecta en un 80% a mujeres y nenas para prostitución) aumenta en el país propiciado la "negligencia o complicidad" de funcionarios y policías.
El "Ombudsman" dijo que “Argentina se ha convertido en los últimos años en un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas, aumentando en forma alarmante estas prácticas de violencia hacia la mujer, que se diseminan por todo el territorio nacional. Hoy podemos advertir que no hay región libre de trata en el país y, en cambio, sí hay zonas liberadas donde campea la impunidad”.
Mondino remarcó que la investigación llevada adelante por la Defensoría reconoce que las medidas del gobierno paliar el tráfico son “incipientes o insuficientes”. Siempre digo que "el Estado cuando no es negligente es cómplice", señalando que hay obvia "connivencia" para que la trata de personas siga creciendo.
“Este negocio ilícito ocupa el 3º lugar en recaudación anual después del tráfico de armas y el narcotráfico, calculado en 32.000 millones de dólares –continuó Mondino–; el Tráfico y Trata de personas incluye a hombres, mujeres, niños y niñas, pero según Naciones Unidas el 80% corresponde a mujeres explotadas sexualmente, de lo cual, el 50% corresponde a menores”.
En la Argentina, el Defensor sostuvo en su informe que el 90% de las personas tratadas corresponde a mujeres y niñas, con el exclusivo fin de la explotación sexual. De hecho, consideró que la Organización Internacional del Trabajo estimó que en el "negocio" participan –directa o indirectamente– cerca de 500.000 personas. No se informó si en esa cifra se incluyen a las productoras de filmes, fotógrafos, diseñadores web, imprentas, etc. que producen material pornográfico, una "industria" que estimula y se alimenta de la prostitución.
En América Latina, concluyó el funcionario, unos 2.000.000 de niñas, niños y adolescentes son víctimas de la explotación sexual y laboral en sus países de origen. Inclusive, una estimación de los investigadores refiere que en la zona de la Triple Frontera –Argentina, Brasil y Paraguay– al menos 3.500 niños son víctimas de ese vejamen.
Mientras en los canales de televisión y en los kioscos de revistas se siguen viendo mujeres -principalmente- en actitudes propias de una prostituta, sin la mínima conciencia de que, aún cuando no ejerzan directamente esa denigrante práctica, están comerciando con su cuerpo y predisponiendo a que los hombres se vean más estimulados sexualmente.
También es necesario considerar que, al igual que con la violencia y las crisis económicas, es tal la familiarización que se puede lograr, que cada vez se necesita un estímulo mayor para lograr el mismo efecto. Vemos a diario contenidos televisivos y comentarios radiales que promueven de alguna manera la tolerancia hacia cosas que hace sólo 20 o 30 años ninguna persona decente hubiera aceptado. Hoy muchas reacciones -incluso sobre otros temas- están totalmente adormecidas.
¿Acaso alguien hoy puede asombrarse y sentir temor por escenas de guerra en una película de la década del '50? ¿Se sentiría motivado sexualmente un hombre hoy si le muestran una pantorrilla, como lo hacían atrevidas mujeres en el '30?
Y ligado con esto, ¿alguien se dio cuenta de que un "personaje" representado por las prostitutas y mujeres que coquetean con serlo (incluso en la degradada televisión argentina) es el de "la colegiala" de corta pollerita a cuadros, portaligas y desbordes de redondeses? ¿Alguien podría negar que esto participa del estímulo de tener sexo con una niña?.
Si hay un contenido en Internet que se puede encontrar con demasiada facilidad es el pornográfico, no interesa si hay menores (que las hay y en abundancia), animales, objetos extraños y multitud de personas.
La computadora y los kioscos de revistas son una puerta abierta de par en par para instalar o colaborar con las desviaciones. ¿Ver una mujer con actitudes de feliz prostituta (como si una prostituta pudiera serlo) en la televisión o en tapas de revistas despierta una perversión, puede estimular a que una mujer decida serlo o que un hombre tenga interés en pagar por sexo? Es difícil ser tajante en esto, pero todo suma.
El consumo de pornografía no mengua los deseos sexuales, sino que lospotencia. Y si hay "familiaridad" con la perversión, cada vez se busca un estímulo mayor: pagar por una jovencita, abusar de un menor, probar "cosas nuevas", etc. Por otra parte, ¿Saben los padres si ese señor conocido que trabaja cerca de nuestros hijos, tiene ese "gustito"? ¿Y sin el niño o niña no tiene padres o adultos responsables que se preocupen por él?
Un hombre que paga por prostitutas es alguien capaz de pisotear la dignidad de una persona. Pero antes de llegar a ello, pisoteo su propia dignidad. El que paga por sexo es poco hombre (o poca mujer, en estos raros tiempos). Una mujer que se prostituye -por unos pocos pesos o por muchos lujos- es alguien que con cada "venta" de su cuerpo pierde un poco de integridad. Pero antes de llegar a ese punto, probablemente, hubo otros (adultos, padres, responsables) que le habilitaron ese camino.
La labor del Estado, tan oportunamente cuestionado en muchas ocasiones, es fundamental para tomar este drama con la seriedad que se merece. De poco sirve repartir preservativos, anticonceptivos, abortivos, ligar trompas de Falopio y hacer lobby para aprobar el aborto indiscriminadamente. Eso, además de ser un gasto inmenso, es torpe. Nunca habrá límite en la cantidad de esos procedimientos, siempre será necesario atender las "situaciones" que se presentan, si no se realizan acciones concretas, desinteresadas y a largo plazo por la dignidad de las personas, por valorar el amor real entre un hombre y una mujer, por colaborar con el sostenimiento integral de la familia.
Tolerar livianamente que una chica o un chico tengan "vida sexual", sin trabajar para postergar hasta el momento propicio y con la persona amada real y profundamente, es alimentar un problema -y un negocio- sin fin.
