[2006] - La circunstancia particular de la celebración de los 300 años de la capellanía de San Isidro permitió que el municipio y muchas entidades intermedias dedicaran grandes esfuerzos para celebrar y potenciar sus acciones cotidianas.
Este mismo aniversario fue también un estímulo para que algunos periódicos se ocuparan de preparar ediciones especiales con fotografías, textos, entrevistas, infografías y datos de utilidad referidos al lugar y su historia.
Nos ocuparemos aquí de hacer una breve síntesis de algunos de estos trabajos periodísticos.
LA NACIÓN
Se trata de un impecable edición de 143 páginas de gran tamaño y excelente presentación que contiene un atractivo equilibrio de texto e imágenes.
Los editores se ocupan de destacar que no buscaron lograr un tratado de historia, "terrenos reservados para expertos en la materia", sino un atractivo recorrido visual sobre la intensa vida sanisidrense desde sus lejanos comienzos en 1706.
La publicación –que lleva en su portada una imponente fotografía aérea de la catedral, la plaza Mitre y la estación San Isidro del Tren de la Costa- se inicia con un prólogo del intendente, Dr. Gustavo Posse, que expresa su alegría y orgullo por la labor editorial, al tiempo que realiza una recorrida por algunos hitos de la historia local, principalmente la más reciente y unida a su gestión de gobierno.
Traspuesta esta página de bienvenida "300 años de San Isidro 1706 -2006" recorre amablemente aspectos tales como los orígenes del pago, la leyenda de la fundación, la acciones de defensa contra el invasor inglés, la época federal, el desarrollo del pueblo, las localidades, las instituciones, la cultura, el espectáculo, la educación, los medios de comunicación, el deporte, la devoción, la salud pública y los aspectos más salientes de un pueblo que contó –y cuenta- con hombres y mujeres de gran empuje para dar buenos frutos en esta tierra "de pan llevar".
Indudablemente un trabajo a conciencia con buenos resultados.
ÁMBITO FINANCIERO
El tradicional diario económico produjo una publicación especial dedicada a San Isidro en una entrega especial de 38 páginas que lleva en su portada la imagen de la catedral local, impreso en una calidad aceptable para que las imágenes no pierdan impacto ni se desluzcan.
En cuanto a los contenidos de este suplemento los editores incluyeron algunos de los hitos seleccionables de la vasta historia local: Juan de Garay y el reparto de tierras, Villa Ocampo y la cultura, la época de oro del cine en Martínez, el hipódromo, la opción turística, las catedral y su remodelación, el mercado inmobiliario, el sistema de salud, las obras públicas, la educación, la náutica, el rugby y el golf.
Junto a estos ítems -ilustrados con fotos actuales y antiguas- se incluyó una breve (por escueta) lista de colegios, farmacias, centros médicos, bancos y restaurantes.
Si bien esta edición especial produce algún primer impacto positivo, corresponde mencionar algunos errores incomprensibles: la equivocada identificación de la foto de la estación San Isidro en la década del ’20 (página 7), la mención de la calle Alvear como avenida (página 11), los apellidos Pueyrredon y Beccar con acento, imprecisiones históricas diversas (como definir a Fernando Alfaro como presidente municipal y como intendente, o como señalar que Domingo de Acassuso "fundó" San Isidro), y pasajes de escaso brillo en términos de redacción.
CLARÍN
El semanario dedicado a San Isidro que este diario capitalino edita desde hace unos años, preparó una edición dedicada a los 300 años que ya lleva dos entregas y que podría definirse como una prolongación de la publicación habitual, a juzgar por las idénticas características de papel, diagramación y fotografías.
Si bien la selección de los temas históricos y celebratorios no dista mucho de los otras ediciones especiales mencionadas, la impresión -de escasísima calidad- le impide al lector considerar esta entrega como algo acorde con la importancia del año.
En el primer ejemplar (de 32 páginas) el centro está puesto en el festejo organizado por la comuna en el hipódromo local. En este caso los errores no son pocos, pero la ausencia de las letras capitales (las primeras letras del comienzo de cada nota no están impresas), y las múltiples inexactitudes (mencionar a La Porteña Jazz Band como "La Portuaria Jazz Band", identificar una foto y hacer mención a la banda de los bomberos tocando cuando esta agrupación no tocó, una descripción alterada en el orden de lo sucedido, por mencionar algunas) son detalles que no se pueden dejar pasar.
En el mismo ejemplar algunas imágenes –aún contando la pobreza de la impresión- son interesantes para que algún vecino pueda verse estimulado a conocer más del pasado de San Isidro.
En cuanto a la segunda entrega (de 8 páginas), la sensación es que le fue dedicado más tiempo a juzgar por la reducción en la cantidad de imprecisiones.
