Incluso en los casos en los que el equilibrio o la funcionalidad se presenten alterados por alguna cuestión en apariencia azarosa, existe un grado de armonía, de calibración en el organismo humano que asombra.
Basta que una pieza del cuerpo se vea afectado, ausente, mal usado o sobre exigido para que el resto del cuerpo lo sufra, deba acomodarse, se obligue a compensar tal situación, o deba "fortalecerse" para soportar nuevos embates.
Para pensar con ejemplos:
Las callosidades en las manos de un carpintero, albañil o deportista son la respuesta a la agresión de herramientas que, al principio, provocaron ampollas.
El estornudo es una respuesta a agentes externos que agreden las vías respiratorias.
El bronceado es la reacción de defensa de la piel ante la agresión de la radiación solar.
La fiebre es una manifestación del sistema inmunitario ante una enfermedad o infección.
Un desgarro muscular es consecuencia de un esfuerzo que supera la fortaleza de un músculo, incluso en deportistas entrenados.
La transpiración es el recurso del cuerpo humano para regular la temperatura corporal ante el calor del ambiente o cuando se realizan actividades deportivas o trabajos físicos.
Las proteínas, vitales moléculas para muchas funciones, cuando no son incorporadas con el alimento, el mismo cuerpo las toma de su propia estructura.
El diseño del ser humano responde a una lógica fascinante
La forma de las manos para poder asir, sostener, acariciar; la forma de las orejas para recoger los sonidos y encauzarlos al oído; la nariz como la pieza externa de un sistema de recolección, filtrado, calentamiento y envío del aire a los pulmones; los pulmones y su capacidad para tomar del aire lo necesario para pasarlo al torrente sanguíneo y desechar luego lo que no sirve; los riñones con su capacidad de filtrar de toxinas la sangre; la sangre ese tejido vivo formado por líquidos y sólidos que, en su sano equilibrio, permite que toda "la maquina" funcione como debe ser.
"El cuerpo te pasa factura", dice sabiamente el saber popular. Y es cierto, toda vez que un uso equivocado o una sobre exigencia lo condicionan.
El recto y el ano están preparados como puerta de salida de desechos (una, dos o tres veces al día) no como acceso de entrada de nada.
Introducirle objetos o penes, agrede las mucosas y pueden provocar inflamaciones, fisuras, infecciones y distintas enfermedades. Por esto y otros aspectos, la homosexualidad, además de un desorden moral, es un comportamiento antinatural y de muy alto riesgo.
El perfecto e incruento ensamble entre una mujer y un hombre, fruto de un diseño equilibrado y generoso, es otra invitación al asombro.
La boca está preparada para incorporar alimento, masticarlo, humedecerlo para que luego continúe su procesamiento. Sus mucosas no están preparadas para soportar los ácidos estomacales del reflujo o del vómito.
Quienes tienen desordenes psicológicos que decantan en bulimia y anorexia tienen comportamientos que atacan el normal equilibrio del cuerpo y hasta pueden llevar a la muerte, provocándose vómitos, tomando laxantes y haciendo ejercicios en exceso para adelgazar.
El vómito lleva jugos gástricos del estómago, donde son tolerados, al esófago, la garganta y la boca, donde las mucosas no están preparadas para su paso.
Los ejemplos de cómo el cuerpo humano es una creación maravillosa son muchísimos.
Los millones de células, diferenciadas, específicas, conforman los sistemas nervioso, cardiovascular, respiratorio, digestivo, inmunológico, endócrino, con su asombroso equilibrio.
Vale hacer mención de la mal llamada "inteligencia" artificial, que es en realidad, lo que realizan programas informáticos inventados (del latín in y venire, traer hacia sí, tomar de lo ya existente) para realizar procesos con más velocidad o exactitud. Podrá despertar sorpresa, pero de inteligencia no tiene nada.
Un programa informático podrá acumular miles de posibles reacciones ante una consigna (un “estímulo”), pero como sucede con los animales carecerá siempre de conciencia de sí mismo. Aunque el ojo pueda ser engañado y nuestro entendimiento se confunda, seráun programa, una máquina, incapaz de emular a un ser humano que puede relegar su propio beneficio o una necesidad biológica fundamental, por una causa superior.
Los proyectos de intervenir artificialmente en la vida humana buscando ensamblarla con máquinas tienen un lado positivo y muchos peligrosos.
Una prótesis con tecnologías actuales colocada a un mutilado es claramente algo bueno. Pero fabricar máquinas con cualidades humanas, e incluso pretender gestar vida prescindiendo totalmente de células sexuales, es la puerta directa a un barranco.
El cuerpo humano es una creación única, asombrosa, ante la cual sólo cabe maravillarse, como frente a Quien la hizo realidad.