Aunque se escucha y se lee sobre "países exóticos", "comidas exóticas", "danzas exóticas" no siempre el término está correctamente utilizado o, al menos, comprendido.
La palabra exótico tiene su origen en el latín (exoticus), que a su vez proviene de un término griego, y hace referencia a todo aquello (objetos, personas y hechos) de nacionalidad distinta a quien lo observa o considera.
Es claro que lo que se suele definir como "exótico" no es siempre así. Una prenda, una danza, un paisaje, una comida de Tailandia son exóticos cuando los tenemos frente a nosotros en Buenos Aires, pero no lo son... si estamos en Tailandia. Del mismo modo, un bailarín de tango es "exótico" en Egipto, pero no lo es en San Telmo.
El término, por extensión de su significado real, se aplica a aquello que es raro, extravagante, que guarda cierto misterio, que no se nos muestra totalmente comprensible.
De ahí que, quienes ignoran el significado de la palabra, puedan hablar de "viajar por países exóticos", cuando todos los países... son exóticos.
Por estos días se habló de casos "autóctonos" de dengue buscando definir que esos infectados desarrollaron la enfermedad en nuestro país, que no fueron picados por el Aedes Aegypti en el extranjero.
En oposición a lo "EXÓTICO" está lo "AUTÓCTONO", un término que tiene su origen en el griego y refiere a "indígena", a "yo mismo" y "la tierra, el suelo". Su significado sería "Qué es propio de un lugar y que reside en él". Algo similiar ocurre con "aborigen", que viene del latín (ab origene) y significa "desde el principio".
En biología se utiliza esta palabra para calificar especies, grupos, comunidades de fauna o flora que no es propia de un lugar.
Las plantas o animales exóticos provocan una alteración del ecosistema ya que, naturalmente, no están en equilibrio con él. Puede suceder que su población no tenga controladores y conspire con el desarrollo de otras especies, al tiempo que no interactúa con otras.
Las plantas y animales autóctonos están en adecuado equilibrio con el ecosistema, encuentran alimento, nidifican y no se desarrollan ni más ni menos de lo conveniente (salvo las alteraciones que provoca directa o indirectamente el hombre).
Basándonos en el sentido de esta explicación, bien podríamos concluir que, como ocurre con la sabia naturaleza, lo exótico (aquello que no pertenece al lugar) trastoca, desordena, asfixia, desequilibrayno permite un desarrollo armónico.
Por el contrario, lo autóctono se relaciona mejor entre sí, libera, fortalece, da mejores frutosy facilita la convivencia de todos.
