Existe una constante en la clase política en general: sólo piensan en justificar y justificarse por un pedazo más de poder o de dinero.
De otro modo no es posible comprender cómo ante su inacción o su deliberada mirada hacia otro lado, funcionarios como el presidente designado Alberto Fernández pueden hacer lo que hacen o decir lo dicen.
El presidente que bravuconea como un barrabrava recibe coscorrones de toda clase de la vicepresidente ("Dale, pedí el minuto de silencio") y él, simulando que domina la situación, sigue con su torpe juego de simulación.
El formal minuto de silencio por los sucesos de Ucrania y las decenas de miles de muertos argentinos por Covid-19 fue hecho pedazos con los mohines de coquetería de Cristina Fernández de Kirchner y un estúpido besito a vaya saber quién que envió Alberto Fernández.
Luego de las ofensas a quienes se buscaba rendir homenaje, sobrevino el denso discurso, con sus ridículas referencias a ocupaciones en masculino y femenino que sólo un obediente promotor de la perversa ideología de género puede emprender, habló de un país inexistente o, al menos, de otro país.
La puesta en escena de la tropa gobernante fue tan evidente que sólo un descuidado puede ignorar la evidente organización de aplausos que tenía el discurso perfectamente pautados. Todos sabemos lo que es la espontaneidad y es fácil reconocer que no fue invitada al Congreso este 1 de Marzo. Las cabecitas de funcionarios, Carla Vizzotti, entre otros, haciendo movimientos de servil aceptación cuando las cámaras la enfocaban es otra evidencia del espectáculo montado en el Parlamento.
Como era de esperar, Fernández no dejó de mencionar su supuesta preocupación por la vida de los argentinos ante el SARS-Cov2, aunque nada dijo de todos los esfuerzos que hizo para imponer la muerte a pedido de niños antes de nacer desde el momento de asumir. Primero con el ilegal protocolo de abortos no punibles y luego con la tramposa e inconstitucional ley genocida de Diciembre de 2020 sancionada con la complicidad de aparentes opositores.
La benévola descripción de sus acciones de gobierno en la forma de afrontar la emergencia sanitaria y el escandaloso silencio ante las miles de fuentes de trabajo perdidas, las PyME desaparecidas, el empecinamiento en disponer que personas enfermas mueran alejadas de sus familiares, que no se puedan velar ni acercarse a un cementerio, los tratamientos médicos interrumpidos por la exclusividad del Covid-19, son sólo una parte de los errores que este gobierno jamás reconocerá. Como imagino que gobernantes de otro signo político tampoco lo harían. La clase política argentina tiene por hilo conductor siempre culpar a otro de todo y adjudicarse sólo lo que parece un éxito.
Alberto Fernández, valga mencionarlo, no es el único titular de un Poder Ejecutivo que demuestra vivir en una nube. Joseph"Joe" Biden con su propio escenario en el Parlamento se preocupó por la víctimas iraníes de los bombardeos rusos y MarioIshi, el intendente de José C. Paz que acompañó a Fernández a su viaje a Moscú, pidió un minuto de silencio por los caídos en Croacia...
Ministra millonaria que apoya a violadores
El caso de los 6 individuos que violaron una joven de 20 años en el barrio de Palermo consternó a todos. Imposible no sentir repulsión por lo sucedido y agradecimiento por los comerciantes que intervinieron para frenar el delito e impedir que los involucrados escaparan.
No obstante la natural reacción de rechazo que disparó lo ocurrido, Elizabeth Gómez Alcorta, titular del millonario ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (para 2022 el gobierno había contemplado un presupuesto de $10.686 millones de pesos), justificó a los violadores ubicándolos como "víctimas" de la sociedad que, según la funcionaria militante, los formó para cometer esta aberración.
Gómez Alcorta, contra lo esperable, en lugar de despreciar a los seis individuos por violar a una joven de 20 años, se animó a decir que cada uno "No es una bestia, no es un animal, no es una manada ni sus instintos son irrefrenables" y que todos responden a una "matriz cultural".
Vale recordar que otra funcionaria militante, Victoria Donda, en 2017 cuando era diputada nacional votó en contra de la prisión efectiva de violadores, argumentando que el proyecto de ley no mejoraría "ni la seguridad en nuestro pueblo, ni la seguridad de cuando hablamos de violencia de género y la inseguridad que sufrimos las mujeres todos los días."
Para Gómez Alcorta, la cuestionable Educación Sexual Integral que propone el Estado es "clave" frente a este tipo de delitos, ya que las violaciones son prácticas que los varones aprendieron de sociedad y responden a una "lógica corporativa" que haría que ningún hombre se anime a rechazarlas. Realmente si no fuera que está registrado, cualquiera podría asumir que estas estúpidas justificaciones son un invento.
Gente que habla sin saber
Pero es bueno considerar también que las empresas de medios de comunicación, en especial la televisión, no se quedan muy atrás en los desatinos. Sin considerar la escasa capacidad de la mayoría de los empleados que ejercen el periodismo en TV, se publicó y comentó, por ejemplo, que la banda de violadores eran de clase media y universitarios, con la solapada intención de señalar que si fueran de un nivel socioeconómico menos favorecido podía ser más "lógico" el proceder.
Y no faltaron encumbrados periodistas como el "científico" Luis Novaresio, la militante abortista María Laura Santillán, entre otros, que se alinearon con las ridículas afirmaciones de Gómez Alcorta asumiendo la existencia de una sociedad que fabrica y protege violadores desde su mirada "patriarcal".
Finalmente otro sanisidrense, Santiago "Santi" Maratea -un muy activo fumador de marihuana descubierto recientemente como un gestor de colectas millonarias, aunque no todas con buenos fines- se puso codo a codo con la nacida en el Barrio San Isidro (Boulogne) Elizabeth Gómez Alcorta diciendo que "todos los varones somos violadores". Según este influencer "la heterosexualidad esconde la cultura de la violación". Una evidencia clara de los daños que provoca el consumo de marihuana en la relación fluida que debe existir entre las neuronas.