Aunque muchas veces tengamos la sensación de estar haciendo muchas cosas al mismo tiempo, la realidad es que sólo nos estamos engañando. Y que, además, estamos siendo menos eficientes.
La llamada "multitarea", en lo referido a la simultaneidad, no es verdad.
El cerebro no puede darle atención verdadera, completa, controlada, a más de una cosa a la vez. Sin ir más lejos, hablar por celular mientras se conduce un auto, o escuchar música en auriculares mientras se anda en bicicleta (algo que se ve todo el tiempo en las calles de San Isidro) son acciones de riesgo para el conductor y para terceros porque la concentración se pone en una actividad o en otra, no en las dos.
Atender el teléfono, a un cliente en persona, chequear correos electrónicos, tomar un sorbo de café mientras apretamos el botón de encendido de un artefacto o miramos si llueve, son acciones que, en ocasiones, pensamos que podemos hacer "al mismo tiempo".
En verdad, lo que hacemos, es "saltar" de una actividad a la otra tan rápido que nos da la sensación de que estamos haciendo dos o más simultáneamente.
Aún así, aunque el salto de ida y vuelta de una acción a otra fuera realmente corto (aunque no simultáneo), se está comprometiendo la calidad de lo que estamos haciendo. En algo se falla, algo no sale del todo bien, algo se puede estropear y, en algún momento el cerebro, la máquina central, dice "¡Basta!".
En el año 2005 el Dr. Glenn Wilson, del Gresham College, de Londres, supervisó un experimento para medir los efectos negativos de estar permanentemente conectados.
El estudio se realizó a 8 empleados de una empresa sometidos a distintas pruebas –primero en un ambiente tranquilo y luego en uno con sonido de teléfonos y la llegada de e-mails. Se determinó que "las distracciones tecnológicas" hacían bajar el coeficiente intelectual de 143,38 puntos a 132,75.
En 2010, un equipo del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (de París), realizó un trabajo con base en resonancias magnéticas que explicaba por qué el cerebro solo puede dedicarse a dos tareas a la vez.
La hipótesis establecida era que al dedicarse a dos tareas mentalmente costosas, nuestro cerebro se divide: automáticamente, el lado izquierdo del córtex prefrontal (que gobierna las funciones ejecutivas) se dedica a una tarea, mientras el lado derecho se ocupa de la otra.
"Uno puede cocinar y hablar por teléfono al mismo tiempo. El problema surge al tratar de hacer tres cosas a la vez: el córtex prefrontal siempre desecha una", comentó Etienne Koechline, lider del proyecto.
Otra investigación de la Universidad de Stanford (EE.UU.) mostró que la gente regularmente bombardeada con información electrónica no puede prestar atención, recordar información y terminar una tarea para empezar otra de la manera en que logran hacerlo quienes se concentran en una cosa a la vez. En breve, son menos eficientes.
"Cuando la gente cree que está haciendo multitarea, lo que hace en realidad es pasar permanentemente de una tarea a la otra", lo que le quita tiempo al proceso de pensar, dijo Earl Miller. En consecuencia, "el cerebro se pone lento y comete errores, los pensamientos son más superficiales y uno se pone menos creativo", concluye. Eso es lo que él llama los "costos del cambio".
"Cuando cambiamos de una tarea a otra, le prestamos atención a una de ellas y no a la otra, aunque creamos que estamos concentrados en todas. Por ejemplo, siempre veo a gente manejando con manos libres y creen que eso resuelve el problema, pero no es así. Cuando uno está concentrado en una conversación por teléfono, no se está concentrando en el camino. Pero el cerebro da la ilusión de que sí lo está", afirma.
"Podemos caminar y hablar a la vez, o incluso añadir una tercera tarea, como escuchar música, y una cuarta, como comernos un helado”, explicó la especialista en neurociencia Pilar Quijada para el diario ABC. “Se trata de "programas" automáticos que se ejecutan sin prestar apenas atención. Pero la cosa cambia cuando tenemos que concentrarnos en la tarea que estamos haciendo".
"Según un estudio realizado entre conductores y publicado en Plos One, las personas que con más frecuencia hacen varias cosas de forma simultánea son las menos preparadas para trabajar en multitarea. Al parecer, son más impulsivas, con más tendencia a buscar sensaciones nuevas, y una confianza excesiva, y poco realista, en su capacidad para hacer varias cosas bien a la vez."
"Por el contrario, las personas que puntuaron más alto un test para medir su habilidad multitarea eran las que menos trabajan de forma simultanea en varias actividades, debido a que tienen una mayor capacidad para concentrarse en una sola tarea, que las absorbe. Y es que, según el estudio, las personas que se implica en varias tareas a la vez suelen tener dificultades para mantener su atención en algo concreto, ya que su cerebro filtra peor la información relevante", dijo Quijada.
La salud se pone a prueba
Vivir haciendo múltiples tareas "al mismo tiempo", aunque eso sea un engaño, nos lleva a estar alerta a todo eso que hacemos o que pretendemos hacer a diario.
Ese grado de alerta quita efectividad y calidad a lo que hacemos y, como si fuera poco, provoca estrés. Y ese estrés provoca diversos problemas físicos concretos, algunos de difícil solución.
Dividir tareas, concentrarse realmente en actividades de 25 o 30 minutos sin interrupciones, apagar o silenciar el teléfono cuando importa concluir una actividad o tomarse 5 minutos, delegar, pueden colaborar para ser más eficientes y vivir con un poco menos de estrés.
Por otra parte, decidir no usar o atender el teléfono mientras se conduce un vehículo es un acto de salud que puede evitar verdaderas tragedias (en la Argentina mueren 24 personas por día en incidentes viales).
Finalmente, si se sale a pedalear lo mejor es no usar reproductores de música o radio al mismo tiempo. Puede haber un momento en que nos dejemos llevar por un comentario o la música y no prestemos atención a un cruce, una persona, un vehículo y paguemos caro tal imprudencia.