Habitualmente se utiliza los términos municipio y municipalidad como sinónimos.
Para quien lee las noticias desde el extranjero tal vez no haya distinción. Si se anuncia un acto de gobierno, posiblemente se piense "la Argentina hizo XXX cosa". Pero puertas adentro nosotros, los habitantes, podemos diferenciar claramente que una cosa es el gobierno nacional y otra el país.
La misma confusión ocurre con diócesis y obispado. "Diócesis" es la jurisdicción, mientras que "obispado" es la autoridad establecida sobre un distrito eclesiástico determinado.
De eso se trata la diferencia entre los términos municipalidad y municipio.
El municipio es un espacio territorial, social y político. Está conformado por el gobierno local, la población que lo habita y una determinada extensión de territorio (Sería lo equivalente a país).
En tanto, la municipalidad es el gobierno local conformado por el Departamento Ejecutivo -que encabeza un intendente- y el Departamento Legislativo (el Concejo Deliberante).
Una municipalidad -ejercida por funcionarios elegidos democráticamente y por los equipos de trabajo que integran agentes de carrera, además de incorporaciones políticas- podrá llevar adelante una gestión que capte la necesidades del municipio, que impulse o apoye la actividad privada, que potencie el desarrollo individual, que facilite y respalde la participación de la comunidad.
Es claro, cuando se ve la diferencia entre un término y otro, que no es el espacio territorial -el municipio- el que se ocupa de dar servicios a los vecinos, sino el gobierno municipal, es decir, la municipalidad. Del mismo modo puede decirse sin dudar que todos los vecinos integramos el municipio, pero no todos son empleados municipales.
Indudablemente, por momentos, es fácil confundir los términos "municipio" y "municipalidad" por la natural e imprescindible interacción que debe haber entre ambos.
Pero será prudente entender la real diferencia entre uno y otro.