Se califica como "blanco" al voto ausente, sea porque en una categoría no se puso ninguna boleta o porque directamente se depositó en la urna el sobre vacío.
Es sabido, suponemos que para la mayoría, que el voto en blanco no se tiene en cuenta, no suma. Se puede "interpretar" pero, como no es un voto positivo (a un candidato concreto), se descarta. Los porcentajes sólo utilizan los votos válidos, dejando de lado a los que son en blanco, nulos o recurridos.
Para dar un ejemplo, si el 20% de los sufragios fue en blanco, nulo, recurrido o impugnado, el 80% de los votos pasa a ser el 100% y, desde ahí, se obtienen los números del escrutinio, lo que implica que cada voto positivo tiene más valor.
Lo mismo sucede con los ausentes, aquellos que no concurren a sufragar.
Las abstenciones en las elecciones para concejales del 22 de Octubre fueron, en la provincia de Buenos Aires, 2.947.079. Una cifra importante habida cuenta de que "sólo" 20.324 votos permitieron a Cristina Fernández ganarle a Esteban Bullrich en "la gran encuesta nacional" que significaron las P.A.S.O.
Casi 3.000.000 millones de ciudadanos que no concurrieron a votar y que estaban en condiciones de hacerlo, aunque algunos pueden estar exentos (de acuerdo al Código Nacional Electoral).
En La Matanza fueron 263.838 las abstenciones, lo que representa casi la misma cantidad de personas que estaba en condiciones de votar en San Isidro. Y en los números referidos a la votación para concejales y consejeros escolares en San Isidro se abstuvieron 66.638, un 64% más que los que optaron a Convocación, que quedó como segunda fuerza en el legislativo superando, por muy poco, a Unidad Ciudadana.
El descrédito que portan los políticos para una parte importante de la población, la falta de propuestas concretas de los partidos, el desengaño, la rebeldía, la ignorancia, son posibles motivos para ausencias tan notorias.
En lo referido a los votos en blanco en la provincia de Buenos Aires, y considerándolo por sección electoral, la Sexta (que incluye Adolfo Alsina, Bahía Blanca, Coronel Dorrego, Pringles, Rosales, Coronel Suárez, Daireaux, General Lamadrid, Adolfo González Chávez, Guaminí, Benito Juárez, Laprida, Monte Hermoso, Carmen de Patagones, Pellegrini, Puán, Saavedra, Saliquelló, Tornquist, Tres Arroyos, Tres Lomas, Villarino) fue la que tuvo el porcentaje mayor (6,70%) y fue en la elección de Diputados Provinciales. Aunque en cantidad de electores fue en la Primera Sección Electoral (Campana, Escobar, General Las Heras, General Rodríguez, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C Paz, Luján, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Tres de Febrero, Mercedes, Merlo, Moreno, Morón, Navarro, Pilar, San Fernando, San Isidro, San Miguel, Suipacha, Tigre, Vicente López) la que tuvo más votos en blanco (130.636).
Votos en blanco en la provincia de Buenos Aires
SECCION ELECTORAL
Senadores nacionales
Diputados nacionales
Diputados provinciales
Primera
1,87% (63.387)
3,22% (109.340)
3,77% (130.636)
Segunda
3,80% (18.032)
5,83% (27.668)
6,55% (31.192)
Tercera
1,75% (59.752)
2,97% (101.153)
3,56% (124.402)
Cuarta
2,76% (11.133)
4,47% (18.000)
4,90% (19.750)
Quinta
2,92% (25.949)
4,40% (39.071)
4,91% (44.000)
Sexta
3,91% (18.682)
5,96% (28.511)
6,70% (32.304)
Séptima
3,13% (6.487)
4,68% (9.700)
5,52% (11.470)
Capital
2,55% (10.697)
3,16% (13.229)
2,40% (10.455)
TOTALES
214.119
346.672
404.209
En total, en Buenos Aires, 214.119 personas votaron en blanco para Senadores Nacionales, 346.672 no eligieron a nadie para Diputados Nacionales y 404.209 electores optaron por no poner boleta alguna para Diputados Provinciales.
Considerando los porcentajes de participación, es decir la cantidad de electores que se acercó a votar, fue San Luis la provincia que quedó a la cabeza con el 83%. Le siguen Tucumán (82%) y Neuquén (80%). En tanto, fueron Catamarca (69%), Corrientes (70%) y Santa Cruz (71%) las provincias que menos concurrencia tuvieron.
Es de considerar, más allá de votos ausentes y en blanco, que las diversas realidades nacionales se dan cita en un día de elecciones:
Los que tienen un buen nivel de instrucción y las víctimas de un sistema educativo que ha mostrado su decadencia a lo largo de muchas décadas.
Los que gozan de un trabajo calificado y aquellos que viven en la informalidad.
Los que gastan importantes cifras de sus ingresos en indumentaria y celulares, y la enorme masa de ciudadanos que sólo puede optar por la comida menos nutritiva y más económica.
Los que jamás probaron drogas ilícitas y los que consumen marihuana, cocaína o éxtasis.
Los que crecieron en una familia que contuvo con presencia y afecto, y los que tuvieron un marco disfuncional y hasta violento.
Estas y todas las otras realidades y puntos de mira forman parte de los invitados a la jornada electoral. Algunos no aceptan la invitación y otros sufragan considerando, como pueden, las opciones que se les presentan.
Cada uno tendrá, desde su propia observación, una idea respecto de un mayor o menor interés por la política y la realidad del país, pero los números arrojan luz sobre aspectos en los que no siempre se detienen los analistas.
Si sólo 50 de las 100 personas que ingresan al secundario, lo terminan, y si de los que egresan sólo 25 comprenden lo que leen, estamos en problemas serios que no se solucionan con entrega de computadoras o pasantías.
Formar integralmente a los jóvenes para que tengan ansias de saber y participar, que conozcan a ciencia cierta a su propio país, su geografía, su economía, sus tradiciones y valores, su realidad social, que se sientan estimulado a diversidad de carreras (no sólo las tradicionales) y tecnicaturas, recuperando la formación de oficios, es parte de un proceso que supera la importancia del inglés y la computación.
Y, como si fuera poco, apuntalar a la familia en todas las formas posibles, mediante orientación seria para la superación de conflictos, el estímulo de la maternidad (un país se hace con personas y el nuestro tiene pocas), créditos, fomento de microemprendimientos y planes de radicación fuera de Buenos Aires, puede despertar nuevos horizontes a mediano y largo plazo.
La educación, la pobreza, las adicciones, el trabajo, son actores de cada día de elecciones. Algunas cosas parecen estar cambiando, pero todos podemos coincidir en que muchos problemas serios se han ido gestando desde hace muchos años (¿cerca de 100?) y, aunque le pidamos a los Estados que se ocupen de solucionarlos, somos muchos los que debemos participar.
ABSTENCIONES EN VOTACIÓN A CONCEJALES Y CONSEJEROS ESCOLARES EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES