Con la palabra en la boca...
Las ráfagas son siempre de viento. Las hemorragias no pueden ser de otra cosa mas que de sangre. Cuando se sube, siempre es para arriba. Las hijas, son siempre mujeres. Los ojos, están siempre en la cara. Las partituras son siempre musicales. Los lapsos sólo son de tiempo. Las reservas siempre se hacen antes. Los amigos son siempre personales. Los que deambulan siempre van sin rumbo. Los errores siempre son involuntarios. La miel siempre la hacen las abejas. Las réplicas son siempre exactas. Los testigos son presenciales.
Leyendo con detenimiento la lista anterior a muchos les resultarán obviedades. ¡Claro! ¡Es así! ¿De qué otro modo puede ser?
Pero a muchos otros, posiblemente, no les resultará del mismo modo.
Las redundancias, incluidos los pleonasmos (el colmo de la obviedad), son habituales en cualquier conversación y, lamentablemente, también en los medios de comunicación.
Escuchar a cualquiera decir que se anuncian "ráfagas de viento" podría perdonársele. Pero que lo diga un informe meteorológico... ya no. Las ráfagas siempre serán de viento. ¿De qué otra cosa podrían ser si la definición de ráfaga es "Golpe de viento, repentino y de corta duración". Por traslación se utiliza para un cúmulo de disparos de armas de fuego. Pero, ¿podría estar anunciando un ataque armado un meteorólogo en la radio...?
Obviedades, palabras sin mucho sentido, repeticiones incansables de muletillas, tiempo desperdiciado en amaneramientos lingüisticos, extensos párrafos que pueden sintetizarse con sólo saber que significa cada término, terminan por agotar al mas paciente.
En ocasiones, da la sensación de que algunos espacios en los medios de comunicación si no fueran cansadoramente dilatados con zonzas bromas internas ("humor de noticiero") y casi eternos circunloquios habría tiempo para el doble de información y servicios.
Un poco más al grano, sin perder contenidos, sentido práctico, elevando la vara, pensar un poco más qué para que el cómo sea mejor...
Cultivar el correcto uso del propio idioma, desechando siempre que sea posible el uso innecesario de palabras extranjeras puede significar un esfuerzo, pero con más palabras, bien usadas, es posible lograr que nos entiendan más y mejor. Al menos, puede ser un buen intento.
Para empezar podríamos empezar a usar mas cochera por garage, pasatiempo por hobby, espectáculo o recital por show, prueba por test, estilo por look, entrada o boleta por ticket, correo (electrónico) por e-mail, panceta por bacon, receso por break, centro comercial por shopping, campamento por camping, copia de seguridad por back up.