La presidente de la Nación, Cristina Fernández, impulsó la creación en el ex Palacio de Correos -en Leandro N. Alem, Corrientes, Sarmiento y Bouchard- del centro cultural "Néstor Kichner" con la intención de erigirlo en el más grande de latinoamérica. Como trascendió, la megaobra demandará una potencia eléctrica similar a la que necesita una ciudad de 15.000 habitantes.
La cifra de 3.811 millones de pesos -calculada por el Grupo de Investigación y Análisis de la República Argentina- es, literalmente, una vergüenza.
Con el ambicioso objetivo de deslumbrar "a todos los argentinos" con un espacio "plural, inclusivo y democratizador del acceso a todas las expresiones culturales nacionales e internacionales", no hay duda del desenfado que significa un gasto de esa magnitud (1.000 millones de pesos menos que dos años del "Futbol para todos" *) en un país que tiene pobreza en niveles escandalosos y ausencia de radarización de sus fronteras, por sólo mencionar dos de los temas que deberían ser prioritarios.
Además de la sideral cifra dispuesta para algo realmente innecesario, bueno será preguntarse si será posible encontrar que dentro de unos meses un gobierno de otro signo partidario se ocupe de desechar el nombre del fallecido esposo de la presidente de tanta obra pública.
Al estilo del personalismo populista impuesto en tiempos de Juan Domingo Perón y sus continuadores partidarios, ese afán de buscar trascender con semejantes bautizos sólo es un desesperado esfuerzo por mantener vigencia donde abundan dudas o críticas. El temor de diluirse entre figuras de real trascendencia lleva al populista -vanidoso por naturaleza- a intentar robarse un pedacito de presencia a futuro.
* Los fondos públicos gastarán este año en "Futbol para Todos" 1.440 millones de pesos.
