Esta estrategia gubernamental -que algunos periodistas intentan desacreditar interpretando que se busca dar dinero para que se vayan de San Isidro-, evidencia varios puntos:

• El municipio está atento al tema de las villas.
• Busca evitar que crezcan, con todas las implicancias de tal hecho para los habitantes del barrio y su entorno.
• Invierte un dinero público que luego recuperará.
• Permite que un grupo de familias tengan recursos que no podrían obtener de otro modo para comprar una vivienda.
• Facilita que en un plazo no muy largo en la zona se proyecten otros emprendimientos y se valoricen las viviendas existentes.

Por otra parte, y no es un hecho menor, en los barrios de emergencia, en las villas, sus habitantes suelen tener servicios de modo irregular. La luz y la televisión por cable, por ejemplo, no son servicios que las empresas puedan cobrarle al usuario real en muchos casos y eso repercute, por lo menos, en la prestación.

Al respecto de este tema, el intendente Posse sostuvo que, como consecuencia de esta política, durante la última década bajó entre un 35 y un 39% la cantidad de villas, mientras que en el área metropolitana de Buenos Aires se registró un incremento de un 130 POR CIENTO.

Todos los que hemos visto crecer durante años la Villa 31, por ejemplo, nos preguntamos cómo ningún gobierno hizo nada para evitar que llegue a lo que es hoy: miles de habitantes que no pagan impuestos, calles por las que no pasa una ambulancia ni un patrullero, inseguridad, falta de servicios, etc. Tan instalada está la realidad de esa villa en especial con gran población de inmigrantes que la empresa que provee televisión por cable deja que "se cuelguen" con tal de cobrar algo y hasta incluye en su grilla de programación varios canales de Paraguay.

Posse explicó la situación del barrio Uspallata, un terreno privado que está en sucesión y fue usurpado. "Hacemos un gran esfuerzo económico y gestiones para que los ocupantes que conformaron esa villa de emergencia tengan la posibilidad de elegir otro lugar donde vivir, afuera o adentro de San Isidro, pero siempre dentro de la legalidad", detalló.

El intendente de San Isidro fustigó duramente a quienes intentan sacar rédito político de las carencias de quienes viven en villas: "Hay gente que desde la política quiere que siga habiendo villas de emergencia; creen que mientras las personas sigan sufriendo la miseria, son utilizables. Mi posición siempre fue ayudar a que no haya villas de emergencia y que el día que nos voten, nos voten porque quieren; no los utilizamos para movilizarlos el día de las elecciones".

Posse recordó que la política de relocalización fue implementada con éxito en otros asentamientos, como en La Horquilla: "El Municipio compró la sucesión de esos terrenos, hizo el trámite de inscripción, se hizo un esfuerzo con las entidades del lugar, con la junta vecinal y los vecinos de esa villa, y se los ayudó para que tuvieran opciones para ir a vivir a donde ellos pudiesen".

Muchos de esos habitantes, explicó el intendente sanisidrense, eligieron volver a su provincia de origen. "Hoy en esa localidad no hay más villas y la gente vive en el lugar que deseó y que se le pagó desde el municipio. Es una política urbana que es buena y válida."

Además, recordó que la urbanización que lleva adelante el Municipio se da a través del Plan Federal de Viviendas, por el que se construyeron 1.388 casas, cuya certificación fue avalada por los órganos respectivos de los gobiernos provincial y nacional.

-> Alberto Mora
Director de Contenidos