No importa si los que lo hacen son conocidos o no.
Tampoco importa si entre los conocidos hay gente que nos cae simpática o respetable, o no.
Lo cierto es que la fácil importación de propuestas ridículas como la de arrojarse un balde de agua helada en la cabeza porque otro lo hizo y, tal vez, lo desafió a repetir la misma tontera, sólo parece estar demostrando que al igual que el conocimiento, la estupidez no tiene límites.
Encumbrados millonarios, deportistas, personas comunes y corrientes, políticos con irrefrenables deseos de ser recordados y otros con ganas de popularizarse, hasta señoras entradas en años y carnes, todos repiten como marionetas una tontera que sólo es imaginable en medio de una borrachera.
Como si esto fuera poco, y salvo alguno que se arrojó agua de un lago tomada por un helicóptero, toda el agua utilizada ES POTABLE.
¿Cuántos hicieron la corajuda proeza de arrojarse agua en la cabeza?
Según la cantidad de videos subidos a YouTube habría que multiplicar 1.200.000 por unos 15 litros por balde y llegaríamos a la locura de 18.000.000 de litros.
¿Qué político, empresario o ignoto ciudadano además de poner la cabeza puso cerebro en lo que hacía?
Mientras se exponen al ridículo –una vez más- el mensaje que llega es confuso: derrocharla a baldazos en un mundo que tiene millones sin agua potable como respuesta a un “desafío” pavote es una tomadura de pelo a los verdaderos compromisos que deberían motivar acciones concretas.
Una parte del mundo que “vive el momento” dilapidando riquezas y otra parte del mundo que tiene menos recursos sin ser pobre (la mayoría) que le pide a “los poderosos” que se ocupen del hambre y la pobreza, pero mientras tanto no hace nada.
Un mundo consumista que paga miles de pesos por el último celular, pero no pone 10 pesos en una cuenta de una entidad benéfica o en la colecta de Caritas.
Un mundo que parece estar conectado por las redes sociales, mientras la realidad le pasa al costado y muchos esperan una acción, una palabra, un recurso.
Empresarios, vanidosos, mediáticos que malgastan fortunas en un sinnúmero de banalidades, al tiempo que no se animan a mirar a los ojos a un pobre en la ciudad de Buenos Aires y hacer algo por él. Endurecidos corazones que no dejan ver cuánto se puede hacer a diario por chicos, jóvenes, madres, ancianos que esperan una ayuda concreta hoy.
La tontera del baldazo de agua helada nació a propósito de la detección de esclerosis lateral amiotrófica en el ex jugador de béisbol Pete Frates. De la mano de famosos y líderes del mundo tecnológico, el curioso desafío se volvió… una moda mundial que derrocha agua y energías.