Otro humorista del humor 'blanco', sano, familiar, se baja de la escena
La mayoría de nosotros no lo vimos en teatro de revistas, ese raro género de picardías y plumas. La mayoría lo disfrutamos e hicimos con nuestras sonrisas que sus programas tuvieran un increíble rating, guarismos por los que las productoras de televisión actual serían capaces de cualquier cosa (de hecho hacen "cualquier cosa" por medir mucho).
Juan Carlos Calabró, "Cala" como lo conocían sus allegados, era, lógicamente, un hombre de otro tiempo, que aún conservaba el respeto, el buen gusto, la simpatía que no abunda en la histeria televisiva de estos días.
Integrante de una etapa de gente que, cada uno con su estilo, buscó hacer reír, divertir, con ingenio, con travesuras que podían compartir todos los integrantes de la familia, sin insultos o bajezas tan corrientes como hoy nos invade la tele y la radio.
Calabró, sin duda el único al que la mayoría se refiere al decir o escuchar ese apellido, dejó de sufrir su mal renal, seguramente acompañado por familia, la misma que lo acompañó toda la vida.
Si bien hacía años que no trabajaba donde aprendimos a quererlo, lo vamos a recordar con sus personajes, inocentes, traviesos y aptos para todo público.
-> Alberto Mora Director de Contenidos
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