Un parque automotor que creció superando las posibilidades de circulación en horarios pico cada vez más ampliados genera, como lógica consecuencia, una seria dificultad al momento de bajarse del auto.
Estacionar en San Isidro, como en casi cualquier lugar similar que presente un intenso perfil comercial o administrativo, se transforma en un problema que afecta a todos.
Buscar un lugar gratuito obliga a dejar el vehículo a unas 7 u 8 cuadras (con suerte) de la zona comercial.
Decidiéndose por pagar para estar más cerca del comercio, colegio, banco u oficina pública a la que se deba ir, nos enfrentamos con la realidad de costos y comodidades diversas. Hay estacionamientos cubiertos y a la intemperie (un tema que se evalúa cuando se anuncia granizo o lluvias y se anda cargado de cosas), los hay con estrecho acceso (y con ello riesgo de rayones y roturas), los hay caros y económicos.
En cuanto al costo, los estacionamientos más caros de San Isidro se ubican en 17 pesos la hora. Esto puede ser demasiado para muchos bolsillos, si se debe estar seguido por espacio de una o dos horas en la zona céntrica por trámites de diversa índole.
En la otra punta de las opciones está la forma más barata de estacionar: el parquímetro. Por los mismos 17 pesos de los estacionamientos de Martín y Omar –entre Acassuso y Chacabuco- o de Acassuso –entre Roque Sáenz Peña y Leandro N. Alem- un auto podría estar casi 6 horas estacionado (luego del reciente aumento del costo de la hora), siempre que encuentre dónde hacerlo. Por otro lado las diferencias se incrementan en un estacionamiento cerrado si el vehículo es una camioneta, cosa que no ocurre con el parquímetro que seguirá siendo de 3 pesos la hora.
Siguiendo con los estacionamientos cerrados, los precios bajan –lógicamente- a medida que nos alejamos de la zona más céntrica: En 25 de Mayo e Ituzaingó: 16.- pesos la hora, en 25 de Mayo casi Leandro N. Alem: 15.-, en Acassuso junto al Colegio de Abogados y en la esquina de enfrente: 16.-, en Martín y Omar frente al Comercial 15.-, en Rivadavia, entre Belgrano y Martín y Omar, 15.-, en Alte. Brown antes de cruzar la barrera: 12.- la hora, en Diego Palma a media cuadra de Centenario: 12.-, en Alsina al 200: 15.- la hora, y el estacionamiento bajo la plaza Hipólito Irigoyen (junto al edificio administrativo municipal) que cuesta 10.- pesos la hora.
Es también por lo económico del parquímetro –en comparación- que encontrar un lugar disponible sea casi una proeza en muchos horarios. Desde las 7:00 o 7:30 los estacionamientos con parquímetro se ocupan y encontrar uno libre obliga a dar vueltas y vueltas hasta "cazar" el momento en que se libera un espacio.
Aún cuando son unas 60 cuadras las que tienen este sistema de estacionamiento medido, la afluencia de vehículos por la concentración de oficinas administrativas, comercios, tribunales, colegios profesionales e instituciones educativas, hace que ninguna de las opciones sea simple: o son caras para estar cómodos o más o menos cerca de donde vamos o son económicas y difíciles de encontrar.
La otra variante paga es la que se ofrece junto a la Catedral, donde se colabora con el Servicio de Voluntarias Damas Rosadas. Ahí el costo es 8.- pesos las dos horas. Una buena causa, aunque encontrar lugar disponible no es sencillo por la cercanía del colegio San Juan El Precursor, el obispado, los bancos y dependencias municipales. Según cuentan conductores que han dejado el vehículo allí, no hay garantías de no salir con algún rayón o golpecito...
Finalmente, alejándonos del centro comercial sanisidrense, está un modo de estacionar bajo techo sin pagar tanto: el estacionamiento del Hospital Central. Por 3.-pesos la hora es, sin dudas, la opción más económica y segura.
Un capítulo separado necesitaría la explicación de hechos frecuentes en algún punto asociados a la gran dificultad para encontrar un lugar habilitado: Autos estacionados en lugares prohibidos. Sea en doble fila, junto a cordones pintados de amarillo (sobre la avenida Centenario es mas que frecuente), junto a carteles que dicen "con permiso municipal" (pero vehículos distintos cada día que no son del frentista), la diversidad de infracciones que muchas veces no son detectadas por inspectores y tanto perjudican a otros automovilistas y a peatones, se suman al problema.
¿Conclusión?: Es difícil cerrar este breve informe buscando aportar una idea. Estacionar es difícil por la cantidad de autos. La gente no dejará de usarlos (que para algo los tiene). Hacer estacionamientos subterráneos podría ser una idea, pero ¿qué capacidad deberían tener para que sea realmente una solución y no sólo un negocio de alguien?.
A todo esto valga mencionar la locura planteada hace meses en reuniones diversas de las que participaron funcionarios municipales para construir estacionamientos bajo la plaza Mitre, céntrico, histórico y abandonado espacio de los sanisidrenses (en el sector del reloj floral). Esperemos que no prospere una idea que sólo sería negocio y ninguna solución. Mejor arreglar y mantener la plaza para beneficio de vecinos y turistas.