Un milagro dentro de otro: millones de personas viendo en TV una buena noticia
A pesar de que vivieron muchos dias de angustia y podría haberse enlutado nuevamente el país trasandino, los acontecimientos vividos por televisión por más de 1000 millones de personas en el mundo no fueron crueles, sangrientos o de catástrofe.
Los 33 mineros chilenos que fueron rescatados gracias al esfuerzo, la creatividad y las oraciones de compatriotas y extranjeros eran parte de una buena (una excelente) noticia... y todos lo estaban viendo por la tele.
Se trata de un milagro dentro de otro.
Acostumbrados a que lo que puede convocar nuestra atención es la tragedia, el morbo, el desastre, la guerra,... o un mundial de fútbol, haber sido testigo de este fenómeno -que no debería ser tal- es altamente gratificante.
Muchos dejaron de lado las costosas vulgaridades que propone diariamente Marcelo Tinelli y toda su tropa de perversos, para vivir de cerca la alegría de compañeros, de funcionarios, de familiares e incluso de gente que estaba a cientos o miles de kilómetros, unida en expectante actitud, rezando, rogando y anhelando un final feliz. Algo poco común en estos tiempos donde si algo funciona bien, no convoca...
De lado dejamos a los desubicados que en medios de comunicación de la Argentina intentan hacer "humor" con cualquier cosa, incluso con las tragedias, desvistiendo de respeto hasta su propia integridad. No consideramos tampoco en todo esto las razones que provocaron la situación de los mineros en la mina (ya que eso no es lo que tuvo en vilo al mundo), ni los torpes dichos de quienes aseguraron que si esto ocurría en la Argentina todo hubiera salido mal.
Es de mencionar, sí, que con palabras afectuosas y cautelosas, el presidente chileno, Sebastián Piñera, no tuvo más protagonismo del que merece un primer mandatario en circunstancias como estas. Habida cuenta de sus costumbres, nos resulta fácil imaginar que, de haber ocurrido un hecho similar en la Argentina -y si hubiera estado mezclada con operarios y rescatistas-, la titular del Ejecutivo nos hubiera agotado con sus comentarios y búsqueda de lucimiento...
Dejamos de lado, además, los inoportunos comentarios referidos a lo poco que nos aprecian en Chile a los argentinos. Es fácil cruzarse con gente que dice tener evidencias de la "mala onda" hacia todo lo argentino, incluso en publicidades, medios de comunicación y dichos.
Podrá haber, en algunos casos, razones para que en Chile miren con recelo a los argentinos, toda vez que hayan experimentado lo peor de las malas costumbres de no pocos porteños, que tan mal nos han hecho quedar. Fuera de esto, dudo que haya razones valederas para hablar mal de quien nació de este lado de la cordillera.
Sentimos todos alegría, emoción, solidaridad, admiración por la confluencia de esfuerzos y capacidad para atender y rescatar a 33 mineros y 6 rescatistas sanos y salvos tras 69 días a 700 metros de profundidad en la mina San José, en pleno desierto de Atacama.