No pusieron rengos ni jorobados, no pusieron gordos ni pelilargos.
No pusieron a alguien en silla de ruedas, ni el dibujo de una casilla de un barrio de emergencia.
Tal vez no tuvieron tiempo, tal vez eso no es importante, tal vez no representa nada, ¿cómo saberlo?
Pero sí tuvieron tiempo o dedicación para incluir la antinatura, sí pudieron destacar entre las figuritas a "parejitas" de dos mujeres y de dos hombres.
Así la empresa Correo Argentino y el cuestionadísimo INDEC –siempre tan dispuesto a demostrar que todo anda… como el gobierno nacional quiere mostrarlo- se ocuparon de diseñar un sello postal alusivo al Censo 2010, presentado en sociedad en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) el 8 de Octubre último.
Este sello postal "…es una manera de demostrar la diversidad poblacional de la Argentina y sus distintos componentes: viviendas, hogares y población. Incluyendo a todas las familias, los niños, los jóvenes y los ancianos. Así como los censistas recorrerán todo el país, esta estampilla, de la mano del Correo Argentino, también circulará por todos los rincones de nuestro país con una tirada de 400.000 ejemplares", dijo AlejandroGonzálezArias, gerente de negocios logísticos de la empresa.
Empecinado el kirchnerismo y mucha otra tropa de activistas contra la vida, la familia, el sentido común y la decencia, no desaprovechan ni un mínimo espacio (el de una simple estampilla) en su afán de presentar batalla.
"Dios no niega a los impíos el fruto de su trabajo", dijo alguien alguna vez y la realidad le da la razón.
Los Kirchner, junto a Macri, los Duhalde y tantos otros, no dan puntada sin hilo. Están cebados por la inacción de muchos, entusiasmados por sus propias bravuconadas, perversos, acomodaticios y estimulados por la cohorte de seguidores, tan fieles como constantes puedan ser las prebendas que reciban.
Ellos se reúnen, noduermen, seesmeran y consiguen lo que se proponen. Sea por rastreras ventajas económicas, sea por soberbia, sea por retorcidas convicciones.
Mientras la inseguridad no abandona la escenografía cotidiana de los argentinos y todos, en mas o en menos, vivimos pendientes de cómo, a dónde, a qué hora y con quién están nuestros seres queridos, confirmando el estado de estresante sensación de desamparo que nos brindan los que abandonan sus responsabilidades de Estado, los funcionarios se visten de luces para presentarnos una realidad difícil pero venturosa,… que ni ellos creen.
Desarmados, con una economía que brilla en los discursos de quien hace que preside, pero que es oscura como el pasado de su matrimonio, a los argentinos no nos quedan muchos caminos más que tener mucha memoria de quienes nos hacen la vida cada vez más complicada, nos atacan en nuestros principios más nobles, nos hieren en nuestros sentimientos, nos roban lo que más queremos, nos acorralan con sus perversiones, nos aburren con sus discursos vacíos, para no votarlos, no apoyarlos, no aceptar ninguna ventaja, señalarlos como responsables y rechazar todo lo que venga de ellos.
Nos queda el coraje, la dignidad, la entereza, el buen nombre, la memoria de nuestros mayores, la honestidad… que no tienen precio.
Es imposible ser "un poco digno" o "un poco honesto". No se puede ser alguien que honre a sus mayores "de a ratos". ¿Mi abuelo haría esto? ¿Mis hijos estarían orgullosos de esto que hago? ¿Me gustaría que me reconozcan por esta acción o adhesión?
Fuera de los tiempos proselitistas, la vida nos pone a diario frente a elecciones tanto o más trascendentes. Y en ellas no hay posibilidad de voto en blanco o ausente.
