Vivimos un tiempo de reclamos por derechos no satisfechos, por cumplimientos ausentes de parte de otros, de responsabilidades ajenas que hacen daño y colaboran con la destrucción del entramado social.
El Estado -en distintos niveles- es uno de los grandes ausentes en general en el abordaje urgente de temas crudos, dolorosos e insoslayables. Pero si bien esto es cierto, no lo es todo.
Si en lugar de esta "adolescencia civil" que bajo la excusa de que tenemos una "democracia joven" siempre reclama que otros se ocupen y espera comprensión por los desbordes al tiempo que analiza todo con toda la profundidad... de una mesa de café, nos propusiéramos ocupar los lugares con adultez y compromiso sostenido, otra sería la historia y otro sería el presente.
Hacerse cargo, "ponerse la Patria al hombro" (como escuché decir a un sacerdote hace poco) para arremeter por la solución desde lo más pequeño de nuestra existencia, una demostración de honestidad a cada paso, sin alardes pero sin titubeos, con el valor de negarse al camino más corto, a la ventaja fácil, eligiendo el esfuerzo alegre y el cansancio merecido.
Casi sistemáticamente, nos han vendido que todo tiene su precio, que no hay causas nobles, desinteresadas, en afán de dudar de todo nos han obligado a comprar que hasta los próceres eran hombres con fallas -incluso en abundancia- y que no son más ejemplo que cualquiera de nosotros. Da la sensación que los Pigna y tantos otros ocurrentes, caprichosos y oportunistas urgadores del pasado, sólo nos quisieran decepcionar y borrar todo entusiasmo por el heroismo y los objetivos más altos.
Afortunadamente, son muchos los argentinos de toda clase y color que conviven con héroes de lo cotidiano, que no bajan los brazos y saben que sumar -a pesar de los errores- es tarea de todos, y no de elegidos o de resentidos. Al igual que los auténticos próceres del pasado, son nuestras referencias diarias.
Empezar por lo más simple
El Proyecto Eco Rotary nació en San Isidro durante 1991 activando una precursora alerta sobre la problemática del medio ambiente. De la vigencia de sus acciones y jornadas comunitarias da muestra el Hito Ecológico erigido en la plazoleta de Capitán Juan de San Martín y Blanco Encalada, Boulogne.
A lo largo de los años, el proyecto acompañó a quienes siguieron interviniendo en la cuestión ambiental tanto en círculos académicos cuanto profesionales.
Actualmente la originaria crisis ecológica, además de agravarse, adquirió dimensiones muy complejas que reclama respuestas comprometidas a partir de abordajes expertos, asociativos y multisectoriales, ya que al constituir un dilema común de nuestro vínculo gregario los actos individuales dejan de ser neutros y ajenos convirtiéndose en impactos positivos o negativos para todo el entorno.
De allí que a la pregunta: ¿Es posible vivir en un ambiente sano sin asumir la responsabilidad de preservar normas de convivencia? La única respuesta es: ¡Absolutamente no! Porque el comportamiento ambiental no puede ser distinto al comportamiento psico-social de las personas en relación a su medio humano inmediato, sea éste el de la familia, los amigos, los vecinos, los colegas, la escuela, las autoridades, etc.
Una comunidad no puede ser superior al comportamiento de sus integrantes ni una sociedad puede desarrollarse sustentablemente sin respetar reglas básicas de civilidad, que son los indicadores éticos para distinguir lo que esta bien de lo que esta mal y cuyo abandono fertiliza el campo de la conflictividad social donde crece la violencia, la inseguridad y la decadencia.
Tal convicción acerca de la importancia de nuestra conducta llevó al Rotary Club Boulogne Sur Mer a hacer propia la campaña de la Asociación Argentina para la Infancia que busca recuperar principios elementales, cuya postergación en espacios de lo privado y de lo público viene facilitando la instalación de una generalizada baja calidad de vida en lo cotidiano.
El afiche adjunto -presentado en sociedad por parte del Dr. Raúl Consens, director del Proyecto de Servicio Eco Rotary XXI, el 25 de Junio al inaugurarse la sede La Horqueta del Rotary Club Boulogne Sur Mer- debe servir para rescatar actitudes responsables que son mucho mas que pautas culturales de buenas maneras, forman parte de una escala gradual de valores, que va de lo superficial a lo profundo.
En la superficie se hallan la urbanidad y la cortesía. En el segundo plano se encuentra el orden y el respeto. Y en el nivel más profundo está la civilidad: la capacidad de llevar la cortesía, el respeto y el orden a toda la sociedad en su conjunto y crear un clima propicio para la convivencia y la participación.
-> Alberto Mora