En tiempos en los que no es raro ver en televisión hombres simulando ser mujeres (prostituyéndose o pretendiendo ser "actrices"), conductores y periodistas que opinan de confesa condición homosexual, producciones periodísticas con cámaras en boliches homosexuales, además de saber que la ciudad de Buenos Aires es "gayfriendly", encontrarse con magistrados como Liberatori, intendentes (como Mauricio Macri), rabinos (como Daniel Goldman, Sergio Bergman, Guido Cohen, Damián Karo, Alejandro Avruj), gente del espectáculo (como el director Juan José Campanella, Julio Bocca, Alfredo Alcón, Cecilia Roth, Mercedes Morán, Arturo Bonín, Gerardo Romano, Luis Brandoni, Andrés Calamaro, Ignacio Copani, Liliana Herrero y Kevin Johansen), gobernadores (Hermes Binner y Fabiana Ríos), y hasta algunos sacerdotes que apoyan al "casamiento gay" no debería sorprender la puesta en escena de las últimas horas.

El relativismo imperante, que hace que todo sea "opinable" y cuestionable, donde da lo mismo estar casado que no estarlo jugando a estarlo con la tonta convivencia (para hombres y mujeres), tener título o habilitación o no (para muchas disciplinas), donde no hay autoridad que merezca respeto (la familiar, la docente, la política, la judicial, etc.), permite que todo o casi todo, se vaya degradando en una pendiente tan empinada que impide ver un modo de evitar la destrucción total.

Un país se hace con reglas claras, leyes elaboradas para beneficio integral de la sociedad y autoridades que adhieran firmemente a su rol y no busquen imponer sus adhesiones personales (¿Tendrá familiares o amigos homosexuales la jueza Liberatori, o gustará ella misma de estas inclinaciones?).

La población, la gente común y corriente, necesita saber que hay reglas y que las mismas rigen para todos, que lo que está mal, está mal siempre, que inflingir una norma tiene su pena y esa pena debe cumplirse, que ser honesto "es negocio". Establecer leyes o disposiciones y no controlar su cumplimiento es casi tan malo como no legislar. ¿De qué puede servir un cartel de prohibido estacionar si nunca se controla o penaliza su transgresión?.

Malos ejemplos, malas acciones, discursos bonitos y malos actos, "fotos" falsas de la realidad concreta son expresiones del máximo egoismo, de la mentira y de una deliberada maldad. Y con esos trasfondos, no puede haber buenos frutos.


El segundo caso

Replicando la torpeza -o deliberada mala acción- del mes de Diciembre en Tierra del Fuego con otros dos hombres y una corte de adherentes al error contranatura, una jueza del fuero contencioso y administrativo, la Dra. Elena Amada Liberatori de Aramburu permitió el ejercicio de un derecho para cual no están dadas las mínimas condiciones, por lo que el supuesto "casamiento" no tiene validez.

Damián Bernath y Jorge Salazar Capón -curioso segundo apellido- creen haber contraído “matrimonio” en la mañana de este 3 de Marzo en el Registro Civil Nº 1 [Uruguay 753, Buenos Aires].

Los trámites se hicieron con celeridad conforme había solicitado días atrás la jueza Liberatori de Aramburu, en la sentencia que el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no apeló.

Vale mencionar que la jueza Liberatori de Aramburu es la misma magistrada que en Noviembre del 2009 le ordenó a una obra social que le cubra la fertilización artificial a una pareja de lesbianas.

Se concreta así un nuevo avance en el plan de destrucción de la familia encaminado a la reforma del Código Civil que comenzará a discutir en breve la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados que preside Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social). El presidente de su bloque, Martín Sabbatella, y Margarita Stolbizer (GEN) comprometieron el apoyo de todos sus diputados, mientras que el titular de la bancada oficialista, Agustín Rossi, aseguró los votos de más de la mitad de su bloque.

Sobre este punto María Rachid, la titular de la Federación de Lesbianas, Gays y Transexuales, envalentonada con este nuevo desatino judicial espera que se modifique el Código Civil reemplazando las "denominaciones" hombre y mujer, por contrayentes.


La apelación

El 24 de Febrero la Corporación de Abogados Católicos apeló la sentencia de la Dra. Elena Liberatori que autorizó el “matrimonio” entre Damián Bernath y Jorge Salazar Capón.

Los abogados muestran en su presentación que la negativa a celebrar el matrimonio por parte del Registro Civil no es ni arbitraria, ni discriminatoria: el matrimonio es una institución de orden natural. La sexualidad, afirman, está encauzada a la fecundación, y la diferenciación sexual a la complementariedad, encontrándose la misma orientada al servicio de la intercomunicación interpersonal, y de esa manera, a la perfección de los integrantes de la pareja.

La misma naturaleza impele a que se establezca una cierta sociedad entre el varón y la mujer, y en eso consiste el matrimonio. Existe, pues, una abismal diferencia entre el matrimonio y la unión de dos personas del mismo sexo, quedando además en este último caso excluida la generación en forma natural.

De allí que las garantías legales ofrecidas al matrimonio no pueden aplicarse a las uniones entre personas del mismo sexo sin crear una falsa visión de la naturaleza del matrimonio, al que el Estado debe privilegiar, por cuanto tiende a continuar la especie, sirve para la procreación y da base a la familia, dicen los abogados católicos.


El "macrimonio"

Los diputados macristas Federico Pinedo, Gabriela Michetti, Paula Bertol y Gladys González se apresuraron a elaborar un proyecto de Enlace Civil que permite la unión de personas del mismo sexo. La figura jurídica propuesta "otorga a los contrayentes un grado muy alto de libertad en las convenciones patrimoniales y en el derecho de sucesión” pero excluye la "patria potestad compartida". Según los diputados del PRO matrimonio y enlace civil son dos instituciones que “pueden y deben convivir”.


El caso de Freyre y Di Bello

Alex Freyre y José María Di Bello firmaron en Diciembre -avalados por la gobernadora de Tierra del Fuego, la farmacéutica Ríos- el contrato civil con el que pretenden ser considerados "matrimonio", aunque les fuera rechazada tal intención en Buenos Aires.

"El casamiento -dijo Jorge Mazzinche, especialista en derecho de familia-, no tiene validez nacional ni internacional. El matrimonio entre dos personas del mismo sexo es inexistente porque es una condición que impide los fines que son propios del matrimonio. Han celebrado una apariencia de acto jurídico que no tiene validez ni existencia jurídica". [ Código Civil: Capítulo IV Del consentimiento. Artículo 172. "Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por hombre y mujer ante la autoridad competente para celebrarlo. El acto que careciere de alguno de estos requisitos no producirá efectos civiles aunque las partes hubieran obrado de buena fe." ]

El inédito acontecimiento se realizó buscando que no trascendieran los preparativos para evitar nuevos impedimentos (en realidad, los mismos) el lunes 28 de Diciembre a las 16:45, en el marco de las acciones llevadas adelante por la Federación Argentina de Lesbianas Gays Bisexuales y Trans, y protagonizados por los dos homosexuales que estaban instalados en la provincia austral desde hace sólo 7 días coordinando junto con la Federación y el cuestionado INADI los trámites que dieron lugar a la puesta en escena en el Registro Civil de Ushuaia.

Freyre y Di Bello habían sido inapropidamente autorizados a "casarse" desde fines de Noviembre cuando un fallo de la jueza Gabriela Seijas le indicó al Registro Civil que los uniera en "matrimonio" por considerar inconstitucionales y discriminatorios los artículos 172 y 188 del Código Civil que les negaba ese derecho. Posteriormente, un fallo de la jueza nacional en lo civil Marta Gómez Alsina fuera acatado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Curiosamente, la gobernadora Ríos, ignorando la existencia del Código Civil, de la Constitución Nacional y de lo dispuesto por una jueza nacional, avaló el reclamo expresando nuevamente su afinidad con la temática.

El "matrimonio" de Bello y Freyre fue celebrado con la presencia de María Rachid, presidente de la FALGBT, y de Claudio Morgado y Pedro Mouratian, presidente y vicepresidente del INADI respectivamente.