Los medios acostumbran a los ciudadanos a que "la noticia" debe incluir, generalmente, una tragedia o, mejor dicho, algo "excepcional", es decir, de excepción.
Un hecho cotidiano, un mérito corriente sólo tiene valor cuando alguna circunstancia especial (en este caso un marco "de excepción") lo habilita a ubicarse junto o en lugar del acontecimiento merecedor del encabezado.
Hemos sido todos testigos de cómo los medios (diarios y luego radios y canales de televisión) ponen de relieve al policía o al taxista que encuentra un bolso, cartera o billetera con una suma de dinero y ese acto se nos presenta como "de excepción". Es decir, no es cotidiano que un policía o un taxista sean honestos, ese es el mensaje que nos brindan al darle tal tratamiento.
Algunas veces, cuando este punto apareció en algún ligero debate, el argumento se orientó a que la intensión es darle brillo a un buen gesto y, con eso, ofrecer un ejemplo de rectitud y don de gente... En realidad, en los tiempos que corren, a muchos les da una buena sensación y a muchos otros les hace pensar que: "Bueno, al menos uno honesto hay..."
Pero más allá de esta pequeña evaluación, no hay duda de que al presentarse de ese modo, también está mostrando que esa realidad en mucho menor grado existe: no todos los policías son honestos, esforzados, trabajadores, gentiles, etc. Como tampoco lo son los taxistas o remiseros.
Del mismo modo que ocurre con el ejemplo citado, sucede por estos días con la convocatoria al diálogo por parte del gobierno nacional expresado por la presidente Fernández de Kirchner: el hecho "de excepción" es que este gobierno -que ya lleva casi 6 años- esté dispuesto al diálogo, aunque pareciera que la intensión no es hablar con todos...
También en este caso, con idéntica mecánica, se está expresando una realidad: esta gestión de gobierno, hasta el momento del duro golpe electoral último, no consideró válida más que sus posturas, argumentos o formas de ver la realidad.
Aunque también sabemos -valga decirlo- que entre este gobierno y una auténtica tiranía todavía hay distancia.
La forma en que se dan a conocer las noticias (y esto le cabe también a quien pondera, critica o comenta en el llano de la vida diaria) siempre está dando otros mensajes, aunque uno no se de cuenta. Y con ello se está "pintando" lo cotidiano, se está haciendo una valoración de las prioridades.
Resumiendo
Poner de relieve un buen gesto (como el del servidor público honesto y atento, como lo fue el capitán Garrido) es algo que corresponde siempre y debiera ser no sólo comentado, sino imitado.
Es necesario utilizar formas adecuadas para que no crear la sensación "de excepción", cuando sabemos que eso que se dice o se escribe no está fuera de lo común.
Si sabemos que hay buenas acciones de modo cotidiano, es de buen vecino, comentarlo y darle brillo. A más de uno le anda haciendo falta saberlo.
Y si no sabemos cuantos buenos gestos hay en la realidad diaria, es que, tal vez, nos ande faltando algo para ver la realidad más completa.