Comer una ensalada, además de la recomendación constante de médicos y nutricionistas sobre los alimentos frescos, suele ser placentero.
Pero más aún si ese plato es producto de la propia cosecha, un gustito que no pocas personas se dan en estos tiempos de comida chatarra, grasas trans y tentenpiés de duras consecuencias para el cuerpo.
Dedicar un rato periódicamente a cuidar una pequeña huerta en macetas, en un rincón del jardín, no sólo permitirá contar con ese alimento madurado al alcance de la mano, sino como un sano desenchufe. Y si esta tarea se hace con niños, mejor aun: descubrirán el mismo placer y podrán comprender que no todo es "ya", que muchas cosas en la vida llevan tiempo y paciencia.
Es por eso que es posible "producir" en el jardín, el patio, e incluso en un sencillo balcón especies de consumo habitual, como la lechuga y otras verduras sabrosas y recomendables.
En el caso de la lechuga son necesarias al menos cinco horas de sol. Se pueden sembrar en recipientes de por lo menos 35 cm de profundidad y orificios de drenaje, el fondo se cubre con cascotes, y se llena con un sustrato formado por tierra, mezclada con estiércol seco y molido de vaca o de caballo, turba y arena gruesa. También se puede comprar tierra ya fertilizada, pero lo importante es que la mezcla sea liviana.
La lechuga puede sembrarse todo el año esparciendo las semillas con la mano, separadas entre sí, se cubren con una capa de la misma tierra de espesor doble al de la semilla y puede cubrirse con vidrio o plástico para que no se reseque el suelo. Si al nacer se ven muy tupidas, al llegar a los 3 cm se ralean, plantándolas a 15 cm entre sí, lo que permitirá su buen desarrollo. La lechuga sufre el sol de verano, de manera que hay que darle media sombra, con ramas o arpillera. Se riega cada 2 o 3 días en primavera y otoño, y diariamente en verano.
Por otro lado está la rúcula que se debe consumir muy tierna y se puede sembrar a medida que se cosecha. La radicheta se siembra más tupida, se corta con tijeras cuando llega a 15 cm. Debe regarse bien y rebrota.
En cuanto a los tomates -una planta anual que necesita mucho sol-, conviene realizar la siembra desde fines de Septiembre hasta fines de Noviembre, transplantando luego las plantitas. Crece entre 30 cm y 1 metro y medio de alto y se extiende de 0.60 a 1.00 m.
Es necesario mantener las plantas en temperatura templada y protegidas de los vientos, abonando el suelo con fertilizante orgánico (necesita un suelo con mucho humus y agua directo a las raíces). Los tomates se cosechan desde el principio del verano hasta el inicio del otoño.
Otra opción para cultivar en poco espacio es la ciboulette, una hierba decorativa y aromática de la familia de las cebollas, pero con un gusto fuerte y refinado. El ambiente ideal es un suelo húmedo y mucho sol. Prefiere los suelos arenosos-arcillosos-calcáreos necesita buen drenaje.
Se siembran las semillas en verano para consumirla en invierno sus tallos, parecidos a hierba, pueden cortarse desde finales de invierno hasta principios de otoño y se usan para dar sabor a numerosos platos.
Para usarlas frescas sólo hay que cortar el ciboulette con una tijera.
Finalmente, y por sólo mencionar algunos ejemplos de cultivo en macetas, está el orégano. Se siembra en primavera directamente en el sitio definitivo, con una distancia de 25 cm - 30 cm entre plantas o, cada planta en una maceta con el doble de diámetro. Es una planta perenne, de 40 a 50 cm de altura. Requiere suelos calcáreos, húmedos y bien drenados en un lugar soleado. La recolección es en verano.
Método sencillo de secado: atar las hierbas en pequeños manojos y colgarlas en bolsas de papel en un lugar seco y cálido, con buena aireación. Cuando están secas se desmenuzan y se guardan en un frasco hermético.