Mientras cada vez más en varios lugares de la Argentina se promueven marcos regulatorios para llegar a la "Pirotecnia Cero", la costumbre de gastar grandes cifras para las fiestas de fin de año sigue aún vigente.
Los valores de la pirotecnica desde hace mucho son realmente altos, pero la tradición de hacer ruido y divertirse con los estruendos cada vez más poderosos (y riesgosos) no se detiene. Está claro que cada ciudadano puede gastar su dinero en lo que le plazca y aunque a muchos no le guste, la pirotecnia tiene una versión autorizada y legal.
Entre las "tradiciones" de fin de año está también el "cuarto de hora" de quienes instalan una mesa y venden esos productos -de dudoso origen- de modo informal, en negro. Un oportunismo que no pocas veces termina siendo noticia cuando explotan "depósitos" o resultan dañados los usuarios por imprudentes o demasiado confiados en esos explosivos.
Además de los humanos lesionados y los muchos miles de pesos desperdiciados que podrían tener un gran destino solidario en gente que precisa una mano urgente en la Argentina actual, están los animales.
Con la llegada de las fiestas las mascotas sufren los cambios propios de la época más calurosa, los efectos del uso de la pirotecnia, los cambios de hábitos alimenticios y en su cotidianeidad en general. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires brinda habitualmente recomendaciones al respecto.
Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causar pánico y conductas no habituales en los animales, como escaparsin rumbo y perderse, seratropellados, lastimarse o lastimar a las personas. Pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. Es posible consultar a profesionales veterinarios para considerar la utilización de sedantes que eviten esas situaciones, dependiendo de cada caso particular.
La principal recomendación es ubicar a los animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados (radio, televisión o música prendida), si la familia estuviera ausente en las fiestas. En el caso de los gatos, es aconsejable dejarlos con abundante comida, bebida y las bandejaslimpias.
No se debe dejar a las mascotas atadas, en caso de que sea realmente necesario, la cadena y el collar deben tener, al menos, dos giratorios que impidan que la mascota se enrosque al entrar en pánico.
No se debe arrojar pirotecnia cerca de los perros ya que pueden correr a buscarla, corriendo el peligro de que le estalle en la boca. Por su parte, a los gatos pueden intrigarles las luces navideñas, sus colores y sus movimientos. Es común que intenten morder cables, lo que le puede causar una descarga y/o quemaduras en su boca.
Es recomendable dejar las luces apagadas mientras estén solos y verificar los cables regularmente para saber si están siendo masticados. También pueden colocarse adornos de tela, madera o goma en la parte de abajo del árbol para evitar accidentes.
[Fuente: Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires]