El ilustre señor Ludwig Alois Friedrich, Ritter (caballero) von Köchel, nació el 14 de Enero de 1800 en Stein an der Donau, Baja Austria, y falleció el 3 de junio de 1877 en Viena. Allí hizo el doctorado en jurisprudencia y desde 1827 hasta 1832 fue preceptor de los príncipes imperiales; luego pasó a ser consejero de la Corona.
Pero hay dos cosas más. Por un lado la devoción que lo impulsó a catalogar, con paciencia de santo, la obra de su admirado Mozart. Trabajó sin desmayo y con enorme humildad en archivos y bibliotecas de Austria y de Baviera, cuna de los Mozart.
A su paciencia y a sus nada precarios conocimientos musicales debemos millones de melómanos el célebre catálogo Köchel (de 1862), que siempre se menciona por radio y en programas de concierto, del mismo modo que los opus en las obras de Beethoven y de Brahms.
También tuvo tiempo el caballero von Köchel -así lo distinguió el emperador en 1842- para ordenar y publicar 83 cartas inéditas dirigidas por Beethoven al archiduque Rodolfo.
Probablemente von Köchel no vivió en la abundancia ni mucho menos. Pero en tiempos socialmente no muy tranquilos é1 dedicó sus dineros a trabajar en paz, con mucha sapiencia y cultura, silenciosa y humildemente, en una obra que queda y que los amantes de la música con mayúscula nunca terminaremos de agradecer.
Esta vida tan fructífera y ejemplar podrá no tener los méritos suficientes para ser "inmortalizada", pero sin lugar a duda sí merece, por su hálito de calidad y de humildad, ser conocida y apreciada por muchísima más gente de la que hoy la conoce. Dedicar afanes y dinero al mejor conocimiento de la obra de un genio inmenso no es cosa común en nuestro tiempo, bastante digno de piedad.