Presentaron 'Un recetario familiar rioplatense', un inesperado rescate patrimonial
El jueves 18 de Octubre, con una concurrencia que colmó como pocas veces el patio interno de la Quinta Los Ombúes [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro], fue presentado el libro "Un recetario familiar rioplatense. Cuaderno de recetas de María Varela. Patrimonio inmaterial de San Isidro", de la Arq. Marcela Fugardo, directora del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal "Dr. Horacio Beccar Varela".
Este libro surgió de la investigación iniciada por la autora ante el hallazgo del cuaderno manuscrito de María Varela, esposa de Cosme Beccar con quien se estableció en esta casona en 1881, en el que consignó 74 recetas de cocina. Ese material -hoy potenciado- no integraba la donación de la Quinta Los Ombúes que efectivizaran el 10 de Septiembre de 2005 los familiares de Horacio Beccar Varela.
En el comienzo, Mónica Hoss de le Comte, de Maizal Ediciones, agradeció a la autora que haya depositado su confianza en esa editora. "Es un minucioso trabajo de investigación en el que desborda el cariño hacia la búsqueda del conocimiento sobre las costumbres de una época, de una familia y de San Isidro", señaló la editora al tiempo que destacó la generosidad de Marcela Fugardo, quien desistió de sus derechos de autoría.
Seguidamente, María Correa Luna de Mayer, bisnieta de María Varela y nieta de Horacio Beccar Varela, expresó con profunda emoción sus sensaciones con relación a la histórica casa en la que vivió hasta los 15 años y los muchos momentos compartidos con sus padres, hermanos, su abuela María Cristina y su tía Elena. Desde inocentes travesuras hasta el rezo del Rosario todas las tardes en Octubre y en Semana Santa, citó cómo hurgaban en el escritorio de Florencio Varela buscando un inexistente tesoro secreto. Los años pasaron hasta que un día la decisión de don Horacio Beccar Varela se concretó y la Quinta pasó a manos de la Municipalidad. Sin saberlo, aquellas hojas del recetario, envueltas en papel de seda, en medio de otros papeles se convertía en tesoro que tanto buscaban los chicos y había sido descubierto por la actual directora del Museo.
María Varela de Beccar fue una mujer interesada en la ayuda al prójimo, que concretó desde la Sociedad de Socorros de San Isidro, entidad que la tuvo entre sus fundadoras, lo que pudo compatibilizar con gobernar el hogar y cuidar de sus 11 hijos.
Ese cuaderno que fue completando María Beccar incluye recetas de raiz española, adaptadas al medio criollo. Allí se consignan preparaciones nominadas o atribuidas al inventor, al informante o al que más le gustaba, tal el caso de las "empanadas del Dr. Manuel Obarrio", las "rosquitas de almendras del Sr. Cura" (posiblemente Diego Palma) o los "alfajores de Cané" (Cané era el apellido de la madre de María Varela).
El cuaderno de recetas de María Varela, único recetario original del siglo XIX que ha llegado al conocimiento público, es señalado por su autora como un elemento que refiere al patrimonio inmaterial, forjado junto a las barrancas de San Isidro.
Al momento de dirigirse al numeroso público presente, Marcela Fugardo agradeció a todos los que intervinieron para tan feliz presentación. Comenzando con el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, que no sólo respalda cada día su gestión al frente del Museo, sino que impulsó que la presentación se realice allí. Agradeció también a María Correa Luna e IgnacioBeccar Varela por haberle permitido trabajar sobre el manuscrito de María Varela y publicarlo, a la editora sanisidrense Maizal, a las prologuistas y la presentadora D'Onofrio, a Valeria Parisi, quien asumió el desafío de preparar el dulce de zapallo y canela, y el de naranjas, de María Varela para que fuera degustado por los presentes.
Vale mencionar la divertida iniciativa que surgió de reproducir estos dulces de María Varela para que se elaboren regularmente para ser vendidos por la Asociación de Amigos a beneficio del Museo, novedad que fue festejada con entusiasmo por todos los presentes.
Entre los agradecimientos, la Arq. Fugardo mencionó a cada empleado de Los Ombúes (Sergio, Sandra, María Estela, César, Nicolás, Laura, Lucía, Alejandra, Ema, Sebastián, Marta, José, Adolfo y Pablito), como reflejo también, de los muchos que seguramente colaboraron con María Varela en su tarea cotidiana en la histórica casona.
Reflexionando sobre el libro, la autora buscó poner de relieve que, a la hora de hablar de patrimonio hay algo más que grandes construcciones, batallas y templos. Que existe una dimensión humana intangible de saberes, de cultura, de sensaciones, como las que busca reflejar esta novedad editorial.
Un ejercicio de la memoria integral, amplia, generosa que, posiblemente abra otras puertas para comprender más. "Hoy sabemos que esta memoria es valiosa, que esta memoria nos identifica. Esta memoria que, a veces, nos lleva al país de nuestra infancia, a las largas sobremesas, esta memoria es patrimonio", concluyó.
"Solamente alguien que ama mucho lo que hace, que ama mucho nuestra historia, que quiere profundamente nuestras tradiciones como Marcela, puede haber sido capaz de investigar con ese orden, con esa meticulosidad, con esa pasión por los detalles. Hace falta mucho amor para emprender una tarea como esta casi en solitario, trabajar meses, investigar como investigó, ordenó, combinó, puso en valor, le dio contexto contexto a todas esas piezas que ella encontró un día en un viejo arcón, en el escritorio de Florencio Varela, y que luego dió a luz en forma de este libro", señaló entre otros conceptos la periodista y especialista en gastronomía Ana D'Onofrio.
Marcela Fugardo "no se contentó con recopilar estas maravillosas 74 recetas para hacer un libro de cocina del siglo XIX. Ella fue más allá. Mostrando sus indiscutibles dotes de editora e historiadora, amasó su hallazgo y lo enriqueció hasta convertirlo en una pieza única de la historia patrimonial", sentenció la presentadora.
"Esta maravillosa empresa que emprendió Marcela es una pintura de época, un registro de sabores y emociones, un testimonio de un tiempo lejano. Pero el escrito de María Varela desafió el paso del tiempo y esperó pacientemente casi un siglo y medio. Allí, con la misma paciencia que tenemos todas las mujeres que amamos estar en la cocina haciendo un rico plato para gente que queremos", calificó D'Onofrio.
Por su parte, la profesora Paula Caldo, una de las prologuistas del libro, valoró la trascendencia del libro como material de historia, aunque con sus matices referidos a la cocina, a las mujeres, a San Isidro, a las tradiciones. Mencionó, además, su entusiasmo al enterarse de que se había encontrado el cuaderno de recetas, toda vez que su tema de estudio y trabajo refiere a la investigación histórica ligada a la cocina y a las mujeres.
La especialista destacó el hecho de que quien escribe un recetario, generalmente no lo hace para sí, sino para otros. Quien "sabe hacer" reconoce desde la experiencia y la sensibilidad cómo actuar. Y mucho más en el trabajo manual que se hace sabia rutina diaria y familiar.
El encuentro finalizó en el jardín de la Quinta Los Ombúes, con la degustación de los dulces y la firma de ejemplares de libro que la mayoría adquirió.