Arnaldo Cristale, de 75 años, estalla de alegría luego de abrir su cuenta de Facebook y poder encontrar un amigo de su adolescencia por esa red social. Él es parte de un grupo de abuelos de San Isidro que aprenden computación en el Centro Recreativo para la Tercera Edad Puerto Libre [Sebastián Elcano 2340, Martínez] donde funciona el programa municipal Juventud Prolongada.
Gabriel Hackl, el profesor de computación, cuenta que en el taller se enseña a los abuelos a vincularse con el mundo tecnológico. “Hay tres niveles según el avance de cada uno. Con lo que más se enganchan es con mandar mails a familiares en el exterior, también les gusta abrir perfiles en Facebook, ver videos por YouTube y utilizar programas para hacer postales en fechas festivas. Ellos sienten orgullo cuando les muestran a sus hijos lo que aprenden”, resume.
En su primera clase, Esmeralda Maquiera, de 73 años, dice que le interesa aprender a bajar y subir fotos a la computadora.
Osvaldo Galusio, de 77 años, agrega: “Estoy muy contento con lo que me enseñaron en redes sociales, porque ahora me puedo comunicar con mis seres queridos que viven en el exterior. Todo esto agiliza nuestra mente”.
En el mismo sentido, Pedro Gacha, de 75, recomienda esta actividad de una hora a la semana porque es una buena forma de trabajar la mente. “Tengo tres nietos que viven en Estados Unidos y desde que aprendí a mandar mails estoy feliz porque tengo un contacto diario con ellos”, concluye.