Ante un público atento y bien predispuesto, cómodamente instalados en el patio interno de la Quinta Los Ombúes [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro], la historiadora María Sáenz Quesada presentó el miércoles 4 de Diciembre junto al editor Leandro de Sagatizábal, su libro "Mujeres, el largo camino. Breves historias de muchas de ellas".
La arquitecta Marcela Fugardo, directora del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal, dio la bienvenida a los disertantes y al público diciendo "Es un gusto contar nuevamente con la presencia de una invitada que es amiga de esta casa. Me refiero a María Sáenz Quesada, historiadora, profesora, investigadora y escritora, quien nos visita en esta ocasión para presentar su último libro, una compilación de sus artículos de tema histórico sobre mujeres, aparecidos en distintos medios de prensa".
"Es un libro de mujeres pero no solo para mujeres. Está la política, está la sociedad, están los conflictos, están los dramas, los sentimientos", comenzó diciendo la autora.
El libro puede dividirse en cuatro niveles. El primero es el espacio de los sentimientos donde se ve qué pasa con la mujer en la historia de la Argentina. El segundo es su inserción laboral. La tercera dimensión es su relación con la política (en este caso en Encarnación Ezcurra, la esposa de Juan Manuel de Rosas, y en Isabel Martínez, al final del libro). Y finalmente la dimensión referida a la mujer en el espacio intelectual.
"El libro tiene dos menciones de Mariquita Sánchez. Una cuando decide casarse por amor con su primo y no con el señor mayor, pariente rico, el hombre que va a administrar la fortuna familiar de acuerdo a la opinión de sus padres".
Mariquita logra el apoyo de su confesor, fray Cayetano Rodríguez y del obispo Manuel Azamor y Ramírez, para lograr su cometido de contraer matrimonio con quien realmente ama, algo que para la encumbrada casta social a la que pertenecía no era tan lógico.
"El obispo Azamor era de los que consideraba que el amor debe ser la base del matrimonio, porque es la base más sólida".
Finalmente, y con la intervención incluso del virrey, Mariquita se casa con la oposición de su familia y se constituye en una personalidad descollante de la juventud de 1805.
"La otra parte en la que me refiero a Mariquita tiene que ver con el prejuicio masculino de que las mujeres no podemos tener amigas. Ella tuvo gran amistad con mujeres parecidas, del mismo rango social, y otras todo lo contrario. Y cuando ya están viejas siguen comunicándose epistolarmente".
Aparecen en el libro también Agustina Palacio de Libarona (que sigue a su marido que fue desterrado al Chaco por una venganza política. Deja a sus hijos y acompaña a su marido -que enloquece- a ese duro destino), Julia Dufour de Piedra Buena (que sigue a su esposo, el famoso explorador del sur argentino), y Guadalupe Cuenca (casada apasionadamente con Mariano Moreno).
En la dimensión del trabajo, Sáenz Quesada menciona a la militante anarquista y feminista puntana Virginia Bolten. Una mujer de clase obrera, aunque hija de un intelectual de San Luis. Representó a la rebeldía de fines del siglo XIX, que participó de huelgas, y Juan Bialet Massé escribió sobre ella en 1904 en su "Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior".
En el mundo de la política, Encarnación Ezcurra -la esposa del Restaurador de las Leyes- es citada como una de las mujeres que ocupa un lugar de relieve en la realidad de su tiempo. Ella se casó con el hombre que amaba ("un buen mozo, sin dudas, como era don Juan Manuel") y que encuentra en ella una mujer de su talla, con capacidad para acompañarlo en su primera etapa de hacer su fortuna en el campo y también que separarse de su familia, que también tiene a una mujer fuerte, Agustina López de Osornio.
"Encarnación entiende el proyecto político de su marido de volver al viejo orden con nuevos recursos. Juan Manuel y ella actúan de forma mancomunada para hacer propaganda política del modo más moderno. Ella representa el principal papel cuando Rosas está en la campaña para contener a los indios en un tiempo violento que la encuentra como una mujer valerosa para hacerle frente". A pesar de esa fortaleza de temperamento enferma y muere a la temprana edad de 38 años.
"Creo que tenemos bastantes ejemplos de mujeres novelistas, mujeres escritoras. Yo presento entre ellas a Eduarda Mansilla de García que publica numerosos libros, además de ser buena música. La generación de 1880 es casi universalmente de varones, no están esos espacios que tenía la mujer antes". Junto a ella está Juana Manuela Gorriti que tiene un matrimonio que termina trágicamente pero que se gana la vida con un salón literario, escribiendo libros de cocina inclusive, escribiendo propaganda (en realidad publicidades) en sus libros.
Está incluida en el libro -a pesar de no pertenecer a estas tierras- la autora de "Mujercitas", Louisa May Alcott, que se hace de un lugar importante en la sociedad como escritora, que sostiene a su familia de ese modo, superando una infancia difícil.
"Lo interesante es el hilo conductor entre las mujercitas de Nueva Inglaterra y las maestras que trajo Sarmiento en 1870. Sarmiento fue a ese mismo pueblo, a donde vivían los Alcott, Emmerson, Mann y conoció el sistema educativo que admiró. Hoy, que estamos tan apenados por el resultado de las pruebas internacionales que muestran el retroceso de nuestro país, recordamos a esas maestras".
Concluyendo la disertación, la autora señaló "la mujer puede ahora acceder, de acuerdo a su vocación, a lo que desee. Eso no quiere decir que tenga la garantía de la felicidad".