El ajedrez es una actividad que puede contribuir en la formación de una persona en lo intelectual y en lo social, además de lo que potencia en la personalidad y, finalmente, en la salud del individuo.
Es sabido que jugar al ajedrez aumenta la capacidad intelectual, mejora la memoria, eleva la capacidad de concentración y la creatividad. Pero al mismo tiempo impulsa al jugador -y cuanto más joven más ventajas hay- en la toma de decisiones evaluadas y a aceptar los errores que provengan de esas decisiones.
La soledad en que un jugador decide despierta la necesidad de ver los pro y contra de una movida, y la experiencia que se va ganando permite medir cada vez más, y más rápido, las ventajas de una u otra acción. Este ejercicio va moldeando la personalidad, dotándola de paciencia y autocontrol.
Por otro lado es válido mencionar que el ajedrez promueve la integración de personas con discapacidades, distintos sexos o razas, facilitando la comprensión de las diferencias, la ventaja de contar con normas claras que afectan a todos, y el descarte de los aspectos físicos priorizando los intelectuales.
Finalmente, todo esto colabora con la salud integral del jugador, ya que personalidades equilibradas, moderadas, conocedoras de sus límites, tienen menos posibilidades de enfermar.
En San Isidro funciona desde 1985 la Escuela Municipal de Ajedrez por la que han pasado más de 100.000 alumnos. De hecho es la escuela municipal más antigüa del país. En este ámbito se formaron alumnos como Julián Castro (Campeón Argentino Sub 8), Yanina Olmos (Campeona Argentina Sub 10), Juan Ignacio Jerez Infante (Campeón Argentino Sub 14), y Agustín Ambroggi (jugador de más alto ranking).
El coordinador del programa de ajedrez municipal -que imparte clases en casas de cultura, escuelas y otras intituciones es el Maestro Internacional Rodolfo Garbarino.