San Isidro, Buenos Aires | |

 

 

 

 

 

 

     
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  .: ACTIVIDAD CULTURAL

 
Nuevo libro de Hernán Álvarez Forn
   
Con la presencia de un público conocedor en su mayoría de la larga trayectoria del arquitecto Hernán Álvarez Forn, muy conocido también como Hormiga Negra, se realizó en la noche del miércoles 11 de Julio la presentación en la Quinta Los Ombúes [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro] del libro "La indemostrable gloria del capitán Carl Tidblom".

La actividad se inició con la habitual introducción de Sandra Monzani quien leyó la carta enviada por el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, excusándose por no asistir a la presentación, seguida de las palabras de la directora del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal "Dr. Horacio Beccar Varela", arquitecta Marcela Fugardo.

"Una de las tradiciones más remotas, y apreciadas por los sanisidrenses es sin duda la tradición náutica, parte de nuestro rico y diverso patrimonio cultural. Esta noche, a través de la ficción histórica de Hernán Álvarez Forn tenemos la oportunidad de enriquecernos con las 200.000 millas de su experiencia personal. Su amor por el agua nació cuando a poco de mudarse a San Isidro, gracias a la libertad que por aquel entonces daba andar en bicicleta, llegó al Puerto, descubrió el río y lo fascinó.

Tripulante en numerosos barcos y protagonista de numerosas regatas y hazañas como cuando con su velero Pequod llegó a la Antártida y, como dice él: regresó, que no es poca cosa. Capitán del barco escuela náutico cruzó cuatro veces el Atlántico, anduvo por Islas Los Estados, Cabo Hornos, circunnavegó Tierra del Fuego y regresó por Magallanes.

Como invitado ha navegado 20.000 millas a bordo de la Fragata ARA Libertad y en casi todos los buques de la Armada, incluso en el submarino ARA San Juan. Tanto en tierra como abordo, celebramos esta novela histórica"
, concluyó la directora.

El capitán de navío Dr. Jorge Bergallo (Licenciado en Historia, Magíster en Relaciones Internacionales y Doctor en Ciencias Políticas, egresado de la Escuela Naval Militar, ex Jefe de la Base Naval Mar del Plata, Director de la Escuela de Submarinos, y Comandante del submarino ARA San Juan y de la fragata ARA Libertad, miembro del Instituto Browniano, y Director del Instituto de Publicaciones Navales), expresó al comenzar la presentación "Me interesa que se hagan estos actos ya que en la Argentina no se conoce la historia marítima, sea la marina de guerra, la pesca, la marina mercante o deportiva. Cuántos pesqueros más se construyeron o compraron, por ejemplo, nadie lo sabe".

"Si a un joven se le pregunta por próceres, seguramente dirán San Martín, Belgrano, tal vez alguno de la Primera Junta. Pero de Brown, pocos. Y si se invierte la propuesta y se pregunta por el Almirante Brown, la respuesta tal vez sea referida al equipo que le complicó la vida a River Plate..." (risas).

"Pocos saben que la Patagonia fue integrada vía marítima. El subteniente de la Marina Valentín Filberg fue quien descubrió el Lago Argentino. Los yacimientos de Río Turbio los descubrió uno de los fundadores del Centro Naval, el teniente Agustín del Castillo. El primer gobernador de Santa Cruz también fue un marino, Carlos María Moyano. Y si no fuera por la guerra de Malvinas, pocos medios se hubieran ocupado de los marinos mercantes."

"Nuestra historia está muy asociada a lo marítimo. Todos nuestros ancestros inmigrantes vinieron en barco, sin embargo nuestra literatura habla del conventillo, del tango, de los arrabales, y como mucho del Hotel de Inmigrantes hacia adentro, pero nunca de lo que vivían esos hombres en el mar."

El Instituto de Publicaciones Navales -perteneciente al Centro Naval y responsable de la edición del libro- fue creado en Noviembre de 1961. Desde 1975 está presente en la Feria del Libro para difundir la temática marítima. Originalmente se ocupaba de publicar libros de otros países traducidos para enriquecer la calidad profesional de los oficiales de la Armada.

Sobre su relación con Álvarez Forn señaló que "Yo no tuve contacto con el 2002 cuando era comandante de la Fragata Libertad en Mar del Plata. Allí vi a un señor que se movía por toda la embarcación como si fuera el dueño. '¿Quién es ese personaje?', me pregunté. Y con el correr de los días confirmó que Álvarez Forn era un hombre de una capacidad y un conocimiento marítimo impresionante."

"Fue Hernán en 1980 luego de un temporal, por mencionar una anécdota, quien supo a quien recurrir -incluso bajándole el precio- en New York para reparar las velas de la fragata que se habían destruido. En 1986 en Punta Arenas, el mascarón de proa resultó muy dañado en un temporal. Y fue Hormiga Negra el que navegó hasta Valparaíso y luego hasta El Callao tallando un trozo de madera para reparar el mascarón."

Concluyendo sus palabras, el Dr. Bergallo expresó que "Los libros de Hernán Álvarez Forn le gustan a todos, y eso es la mejor muestra de su calidad, de su estilo literario."

A su tiempo, el reconocido autor -socio del Club Náutico San Isidro, miembro honorario de la Flota de Mar, Miembro de la Academia del Mar, de la Comisión Náutica de Buques Museo, de los Amigos de la Fragata Libertad y miembro fundador y presidente honorario perpetuo de Amigos de la Tradición Náutica Argentina-, aclaró que "Cuando un autor presenta un libro se encuentra ante un compromiso. Si dice demasiado acerca de su contenido o su final, está malogrando el suspenso que pueda atraer lectores. Si no dice nada del libro la charla carece del atractivo natural de su presentación. Si se aparta demasiado del tema, nadie se va a interesar en el libro. Queda el recurso de cómo se pergeñó el libro, de dónde sacó sus personajes, en qué basó sus narraciones, qué experiencias volcó dentro, qué verdad histórica encierran los personajes y los acontecimientos, y cuánto inventó lisa y llanamente."

Una novela histórica -dijo Hormiga Negra- goza de ciertas libertades, se caracteriza por "deformar la novela y deformar la historia, en la medida en que el autor no necesite".

"El mar y la navegación de cada época ha sido un tema del que los historiadores se han ocupado muy someramente o con poca capacidad. Se trata de una especialidad a veces reñida con el normal estudio de la historia reservado a unos pocos fanáticos de la navegación que hablan de ella y la desmenuzan con placer, porque han encontrado una veta rica y poco explotada bastante ignorada y frecuentemente soslayada, y que posee un críptico idioma propio".

Explicando su relación con la apasionante vida marítima, Álvarez Forn dijo que "El mar, ya sea el del tiempo de los griegos, el de Colón o el de hoy en día siempre se comportó mas o menos igual y una experiencia personal de haber andado por el mediterráneo, cruzado el Atlántico o de haber aguantado una sudestada frente a Buenos Aires se prácticamente la misma que soportó Ulises, don Cristóbal o los domingueros que pasan por aquí enfrente. Yo siempre conseguí mantener con él -con el mar- una especie de amistad. Yo traté de no contrariarlo y el respondió evitando castigarme demasiado duramente."

En cuanto a los personajes, el autor mencionó que Joseph Lloret, quien hila la historia que se cuenta, surgió a modo de homenaje a su abuelo, Joseph Forn. "Al personaje principal Carl Tidblom no lo encontré yo, me encontró él, de quien conté todo lo que se en el libro."

Este lobero sueco apareció en Buenos Aires poco después de los acontecimientos de 1810 de una Europa sacudida por Napoleón. Y en lugar de tomar el camino de otros experimentados marinos, decidió con el respaldo de importantes personajes locales, ejercer su profesión de cazador de lobos.

"La extensión de sus viajes se anuncia en el subtítulo del libro 'Primero en la Antártida', donde estuvo en 1819 con un barco de bandera nacional despachado en Buenos Aires. Desde entonces la relación de nuestro país con el continente antártico fue in crescendo."

En 1903, reseñó Álvarez Forn, la Argentina gobernada por Julio A. Roca, mandó a la corbeta Uruguay al mando del teniente de navío Julián Irízar a rescatar a Otto Nordenskjöld, uno de los geógrafos que naufragaron en su viaje científico. Desde 1904 el mismo estadista determinó que nuestro país tenga una base permanente en las Orcadas del Sur. En 1950 llegamos a tener 10 bases y 54 refugios en la Antártida lo que permitió tener las cartas más actualizadas hasta el momento e instalar balizas para los navegantes. Por el Tratado Antártico no hay más soberanías pero sigue siendo muy importante la presencia argentina ahí, la más antigua de las presencias en el continente blanco.

"Parte de la acción del libro transcurre en San Isidro. Todo comienza con una fuerte sudestada en la que el buque en el que está Joseph provoca que safe el ancla y venga a vararse aquí nomás, en la saliente que es la punta Anchorena. Se queda en la región y ronda esta casa por una mulata que...", dijo Hormiga Negra dejando inconclusa la frase como un disparador mas para que los presentes se entusiasmen con el libro, hecho que sin dudas ocurrió ya que todos los ejemplares que se dispusieron en la presentación fueron rápidamente comprados por los presentes, que buscaron con avidez la dedicatoria del autor quien gentilmente firmó ejemplares por largo rato.

 
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