Gran cantidad de espectadores, particularmente jóvenes, copó los jardines al pie de la barranca del Museo Pueyrredon [Roque Sáenz Peña y Solís, Acassuso] para deleitarse con el espectáculo y los sorprendentes sonidos de la compañía “El Choque Urbano” que, con una colorida propuesta llena de música, baile, teatro y percusión hizo bailar y saltar de alegría al público.
El intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, agradeció a la agrupación y señaló que “Estas interesantes iniciativas son una forma de festejarlos (los carnavales) y vemos que la gente le puso onda y presencia”.
“Quedan dos fines de semanas más de festejos intensos en el marco de los carnavales con ofertas de cine, teatro en plazas y recitales, siempre con propuestas artísticas para grandes y chicos, ya que San Isidro es un lugar que integra a todos”, añadió el jefe comunal.
Por otro lado, el intendente Posse, enfatizó: “No sólo en los lugares centrales de las localidades desarrollamos la movida cultural, queremos estar en todos los barrios, calles y plazas chicas. Y así ir generando nuevas formas de cultura. Antes las oportunidades para asistir a espectáculos eran escasas por costo o traslado. Ahora el cine, las obras de teatro y los recitales son gratis y están en todo el distrito”.
Mientras tanto, la directora de Cultura, Eleonora Jaureguiberry, comentó “nadie se quiso perder este show que es muy arriba; de ahí se explica la gran cantidad de gente que vino a divertirse con El choque urbano, que es una banda de mucha trayectoria que va de los circuitos más tradicionales de Buenos Aires a grandes festivales del mundo”.
“Muchos de los miembros originales de esta compañía son sanisidrenses. Hay una fuerte conexión con este público, porque justamente San Isidro tiene una juventud demográficamente muy importante y muy activa, por lo que mucho de este arte nace de estos lugares donde los chicos experimentan todo el tiempo”.
El Choque Urbano puso en escena en la noche del martes 21 de Febrero un batallón de tachos, ollas, sartenes, sicus gigantes y otros objetos cotidianos, también convertidos en instrumentos musicales, sobre el escenario. Toda esa mezcla de sonidos, regalaba por momentos una potente base de música electrónica que despertaba la ovación de todos los presentes.
También desde el clown hubo una divertida interacción con el público, que había comenzado a disfrutar del show sentado en los jardines y rodeados de enormes árboles.
