El Dr. Juan Archibaldo Lanús brindó una conferencia el jueves 29 de Septiembre, desde las 19:00, en las instalaciones del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal “Dr. Horacio Becar Varela” [Adrián Beccar Varela 774, San Isidro] sobre La propuesta liberal, el mito gaucho y la otra versión".
Para dar comienzo a la actividad, la directora Marcela Fugardo, dio la bienvenida al Dr. Lanús, reseñó su trayectoria y recordó que "con motivo del Bicentenario, habló aquí mismo sobre los Desafíos globales para la Argentina que se anuncia y nos transmitió las reflexiones de alguien que ha pensado el país, pero no sólo desde la razón, sino que se ha interesado en sus vivencias, en conocerlo íntimamente, interiorizándose en su historia, ahondando en su literatura, en lo poético. Buscando respuestas, no solo en lo aparente, en lo externo, sino en lo más sensible, meditando sobre nuestros deseos, nuestros sueños como nación. Es a partir de ahí, que busca impulsarnos al rescate de las grandes motivaciones de nuestro paradigma nacional."
Luego de agradecer las palabras de la directora, el Dr. Lanús señaló que la Argentina y esta parte de América, están en la historia universal signadas como el territorio de la esperanza.
Fue en 1507 cuando los sacerdotes de la abadía de Saint Dié, Francia, estaban imprimiendo el mapa de Ptolomeo que llegó la carta de Americio Vespucio con las referencias al nuevo continente. Y salieron a buscar un mapa de esas tierras y lo hallaron en manos de un alemán que les aseguró que ese territorio está rodeado de agua. Es ahí cuando empiezaron las referencias concretas a América que empieza a escribir su historia, la historia del Nuevo Mundo.
Refiriéndose a la Argentina, Lanús destacó que "nosotros logramos hacer en cien años o menos lo que otros tardan muchos siglos. En una generación pasamos del malón al subterráneo, de las carretas al avión. El mismo hombre que luchaba contra los indios viajó en 1913 en el subte de Plaza de Mayo a la estación Lorea".
Pero hay un problema que siempre está presente, que es un antagonismo, una discordia constante. "Tardamos 40 años en tener una constitución, para tener una capital 80 años, y siempre con luchas y enfrentamientos".
Reseñando las permanentes dificultades en cada paso de la historia nacional, el Dr. Lanús, mencionó los intentos de constitución, la crisis de autoridades del '20 y las guerras nacidas a poco de la revolución de Mayo, cuando Buenos Aires tenía apenas 50.000 habitantes. Morenistas y saavedristas, unitarios y federales, siempre hubo enfrentamientos y antagonismos en una constante "fisura" que divide posturas entorpeciendo el armado de un proyecto común hasta el presente.
"En EE.UU. hubo guerra civil, pero los muertos de las dos partes están en el mismo cementerio.", ejemplificó Juan Archivaldo Lanús.
"Creo que el punto de antagonismo está en la visión que tienen las elites del país. Después de Caseros empieza el proceso de construcción al que llamamos de organización. Y eso se hace sobre la base de un conjunto de ideas modernas, del positivismo, del progreso, del laicismo, y sobre la base del salón literario de Marcos Sastre en tiempos de Rosas."
“La primera idea que tenían aquellos hombres era que el desierto era 'el mal'. Sarmiento y Alberdi hablan mal del desierto, que significa el indio, el gaucho, el malevaje, la gente inútil que había que transformar. Alberdi dice que lo que hay que hacer es traer inmigrantes mientras Sarmiento hace responsable a esa geografía del rechazo al trabajo. Y como el desierto era el mal, había que conquistarlo”. Nace la campaña del desierto por el desprecio hacia el indio.
Estos hombres tenían "una gran admiración de lo europeo. Y que lo que no es europeo es 'bárbaro' y que hay que transformar el país". La otra idea de aquellos gobernantes o influyentes hombres (Sarmiento y Alberdi principalmente) era que "la educación es la base para transformar a la sociedad. Pero no una educación tradicional, tomista, católica, de España, sino basada en las cosas, pragmática y laica".
Es en el tiempo de Mitre que se empezó a crear un Estado ya que hasta ese momento no existía. Y se hizo a costa de la Aduana de Buenos Aires, fuente importantísima de recursos para el progreso a través de los ferrocarriles y el asentamiento de empresas extranjeras, lo que llevaría al país a ocupar un importante lugar en el concierto de las naciones en 1910 por el ingreso per cápita.
No obstante ello, Lanús mencionó la magnitud de los conflictos vigentes, señalando que "entre 1862 y 1868 tuvieron lugar 107 revoluciones y 90 combates en los que murieron 4.728 personas", lo que motivó la necesidad de crear un ejército nacional.
Aunque este proyecto se impuso, no todos lo compartían. Lucio V. Mansilla fue un crítico de estas posturas diciendo que "estamos haciendo un pueblo de zarzuelas, tenemos la manía de copiar. El país está destinado a ser grande, pero su sociedad desarraigada y superficial parece desertar de esa lógica. Nos están deformando con políticas inauténticas y contradictorias a su naturaleza". Mansilla era contrario a la mirada eurocéntrica que se imponía, destacando que "el gaucho es el personaje auténtico de nuestra tierra y el mejor representante de nuestro espíritu criollo hispánico", defendiendo el espíritu con que se desempeñó en las batallas por la independencia.
Pero Mansilla no fue el único que se opuso a esa mirada que buscó negar los orígenes de nuestra nacionalidad. Mientras para Echeverría y Roca todo lo hispánico y católico era lo peor, para José Hernández, Vicente Fidel López, Carlos Guido y Spano y Ricardo Rojas (que pone nuestros inicios en el año 1600) lo importante es ponderar al gaucho y las raíces hispánicas y católicas de nuestro país.
Concluyendo su exposición el Dr. Lanús citó que como en el pasado mencionado estas posturas antagónicas y extremas que no consideran realmente el bienestar general se siguen repitiendo impidiendo que nuestro país recupere el justo lugar de privilegio que tuvo hace un siglo, y dé solución auténtica a los problemas que lo acosan a diario.
El Dr. Lanús es abogado y doctor “és lettres” por la Universidad de París, Sorbona, la prestigiosa carrera diplomática de Lanús se desarrolló principalmente como Embajador de la República Argentina en Francia, Embajador ante la UNESCO y como miembro de varias misiones en ONU, FMI, OEA, ONUDI y Grupo de deuda externa. Sus libros y más de 200 artículos abarcan temas sobre economía, política internacional, integración latinoamericana y globalización.