El Centro Cultural y de Estudios Japoneses [Alsina 12, San Isidro], propone interesantes cursos relacionados con la cultura del Japón. Idioma, pintura, origami, cocina e ikebana, son algunas de las especialidades que se dictan en esta institución.
¿Es difícil aprender japonés? Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, el idioma japonés es considerado como uno de los idiomas más fáciles de aprender para un principiante. Esto se debe a que presenta un esquema simple de pronunciación y muy pocas excepciones gramaticales. Las estructuras de las oraciones no son severamente rígidas ni restringidas. Uno de los cursos que brinda el Centro es el de idioma japonés y probablemente los aspectos más complicados de este idioma son los de la lectura y la escritura de los caracteres Kanji y Kana. Son estos los que a simple vista determinan una aparente dificultad en el aprendizaje del japonés en comparación con otros idiomas. De hecho el idioma japonés hablado no es difícil en lo absoluto. Actualmente el número de estudiantes de idioma japonés fuera de Japón, se calcula en alrededor de tres millones, cifra que aumenta día a día.
El curso de Estilo Manga Japonés, tiene el estilo de las historietas del paós oriental y los objetivos es que los alumnos desarrollen estilos propios basados en el manga y el animé, todo ello, bajo la supervisión y guía del profesor Nakamura, adquiriendo a lo largo del desarrollo del taller, conocimientos técnicos de realización de e-conte (storyboards), guión, diagramación de diseño de página, formatos profesionales de publicación, nociones generales de backgrounds (fondos) y estructuras, que aplicándolos en la realización de sus proyectos, los enriquecerán.
El hoy ya popular sushi también tiene su espacio en el instituto, este curso se desarrolla en dos clases dictadas claro está, por especialistas en la materia.
El curso de Shodo, caligrafía japonesa con pincel, es una forma de arte plástica que tiene como tema la escritura. Muchas de las artes japonesas llevan en su denominación el sufijo DO, cuyo significado es "camino" ó "sendero", dejando en relieve su íntima relación con una concepción filosófica ligada al desarrollo del "ser" en conjunción con el desarrollo del aspecto técnico-estético.
En la historia de la humanidad, los chinos y sus herederos coreanos y japoneses, son unos de los pocos que elevaron la escritura a la jerarquía de arte. A través del curso de Ikebana los japoneses cortan las plantas y hacen arreglos fuera de su ambiente natural, creando una nueva belleza en su nuevo ambiente. No imitan la forma que la planta tenía en la naturaleza; crean, con ramas, hojas y flores una nueva forma que refleja nuestro ideal dela belleza en la planta y, al mismo tiempo, un reflejo del propio espíritu. Quieren mostrar fuerzas de la naturaleza con las que convive la planta, ramas dobladas por el viento invernal, hojas picadas por los insectos.
Para Ikenobo un capullo es la flor en su mejor estado: encierra en su interior la energía de la vida que se abre hacia el futuro. Pasado, presente y futuro... cada instante de la planta y de los seres humanos que responden frente a un medio ambiente siempre cambiante. Como las plantas, el Hombre también es parte de la Naturaleza y los arreglos de Ikebana expresan esa inmersión.
El arte del plegado de papel conocido como Origami también tiene su espacio dentro de los cursos. El "origami" (plegado de papel) tuvo su origen en los adornos utilizados en las ceremonias Shintoístas.
A partir de la era Meiji se fue introduciendo como pasatiempo de los niños. Actualmente se lo enseña en los colegios como medio para desarrollar la creatividad, la capacidad de concentración y la motricidad fina de las manos.
Dentro del origami, la grulla es el tema más utilizado en los plegados. Existe una tradición en Japón que consiste en obsequiar un colgante formado por mil grullas hechas en origami y unidas por varios hilos. Estas mil grullas simbolizan el deseo de buena salud y felicidad, augurios de éxito y prosperidad para los seres queridos.
