La marihuana proviene de la planta Cannavis sativa, de origen asiático, cuyo ingrediente principal activo es el tetrahidro-cannabinol (THC). Este tóxico provoca efectos nocivos en la percepción de la realidad y reduce los reflejos que pueden intervenir severamente en el manejo de vehículos y ser un factor que potencia la generación de incidentes de tránsito y, por ende, la muerte, heridas y discapacidades.
En la actualidad el cigarrillo de marihuana (el "porro") es mucho más potente que el que se consumía en la década del '60, lo que lleva a que los daños sean mayores. Además, comparando con el cigarrillo de tabaco, el de marihuana es equivalente a cinco, lo que implica mayores riesgos ya que obliga a los pulmones a realizar mayores esfuerzos para obtener la cantidad necesaria de oxígeno para nutrir a las células del cuerpo.
La marihuana es liposoluble, es decir que se asocia a la grasa humana y permanece más tiempo en el cuerpo.
El sistema nervioso posee miles de millones de neuronas con dos energías que libera (eléctrica y química) y que son responsables de todos los procesos conductuales, mentales y psicológicos. Entre todas las paredes de las neuronas y en los espacios intercelulares que son tejidos grasos se estaciona y deposita el THC. Las paredes neuronales se engrosan.
Los ovarios y los testículos son sede también de tejidos grasos. Se reduce progresivamente en los varones el nivel de la hormona masculina por la acumulación de THC en los testículos. En las mujeres que consumen mucha marihuana existen problemas de fertilidad y aumenta notablemente la incidencia de abortos espontáneos.
El THC y el sistema inmunológico
Los glóbulos blancos -que son los guardianes que nos protegen de las infecciones- están compuestos principalmente por grasa. La marihuana baja las defensas y hace más propensa a la persona a infecciones.
La marihuana altera la memoria reciente y retarda el aprendizaje; dificulta las funciones reproductoras normales; afecta negativamente a las funciones cardíacas; tiene graves consecuencias sobre la percepción y el desempeño de actividades especializadas, como la conducción u otras tareas complejas en las que intervienen el juicio o destrezas motoras especiales, y dificulta seriamente las funciones, pulmonar y respiratoria.
Efectos sobre el cerebro
Cuando una persona fuma marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones a la corriente sanguínea, que transporta el tóxico a los órganos en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro donde se conecta a sitios específicos en las células nerviosas llamados receptores de canabinoides, e influye en la actividad de esas células. Algunas áreas del cerebro tienen muchos receptores de canabinoides. Muchos de estos receptores se encuentran en las partes del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, las percepciones sensoriales y del tiempo, y en el movimiento coordinado.
Efectos sobre el corazón
El riesgo de que un usuario de marihuana sufra un ataque al corazón se cuadruplica en la primera hora después de haber fumado. Los científicos sugieren que tal efecto puede ocurrir debido a los efectos de la marihuana sobre la presión arterial y el ritmo cardíaco y la reducción en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
Efectos sobre los pulmones
Aún el uso infrecuente puede causar irritación y ardor en la boca y en la garganta, a menudo acompañados de una tos fuerte. Alguien que fuma marihuana regularmente puede tener muchos de los mismos problemas respiratorios que los fumadores de tabaco, como tos y producción de flema a diario, mayor frecuencia de enfermedades agudas del pecho, riesgo mayor de infecciones pulmonares, y mayor tendencia a la obstrucción de las vías respiratorias. Fumar marihuana también aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de la cabeza o del cuello.
El uso de la marihuana también tiene el potencial para promover el cáncer en los pulmones y otras partes de las vías respiratorias debido a los irritantes y carcinógenos que contiene. El humo de la marihuana contiene entre 50 y 70% más hidrocarburos carcinógenos que el humo del tabaco.
También produce altos niveles de una enzima que convierte ciertos hidrocarburos a su forma carcinógena, niveles que pueden acelerar los cambios que finalmente producen las células malignas. Los usuarios de marihuana generalmente inhalan más profundamente y sostienen su respiración más tiempo que los fumadores de tabaco, lo que aumenta la exposición de los pulmones al humo carcinógeno. Estos hechos sugieren que la marihuana puede aumentar el riesgo de cáncer aún más que el tabaco.
Efectos del uso frecuente de la marihuana en el aprendizaje y la conducta social
La depresión, la ansiedad, y las alteraciones en la personalidad han sido asociadas con el uso de marihuana. Las investigaciones demuestran claramente que la marihuana tiene el potencial de causar problemas en la vida cotidiana o empeorar los problemas actuales del usuario. Ya que la marihuana afecta la habilidad para aprender y recordar información, mientras más marihuana use una persona, mayor es la probabilidad de que se retrase en la adquisición de habilidades intelectuales, laborales o sociales.
Los estudiantes que fuman marihuana obtienen notas más bajas y tienen menos posibilidad de completar sus estudios, en comparación con sus compañeros que no fuman.
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Fuentes:
Salud cardiovascular
Communicable Disease Center, CDC
Infertilidad masculina / sistema inmunitario
National Library of Medicine - National Center of Biotechnology Information
Cáncer de pulmón
European Respiratory Journal
Mayo Clinic
Esquizofrenia
Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca)
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA)
Cleveland Clinic
Aborto espontáneo
Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston
Aprendizaje
Plan Nacional sobre Drogas (Ministerio de Sanidad de España)
Depresión
Journal of Affective Disorders
Accidentes laborales
The Journal of the American Medical Association
Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes