Un nivel demasiado bajo de vitamina D en el cuerpo puede hacer que los huesos se vuelvan delgados, quebradizos o deformes.
La cantidad de vitamina D que los adultos obtienen de su alimentación a menudo es inferior a lo recomendado, pero la exposición a la luz solar puede compensar la diferencia.
Las personasobesas, con piel oscura y mayores de 65 años, pueden tener niveles más bajos de vitamina D debido a su alimentación, la poca exposición al sol u otros factores.
La vitamina D, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, sería una prohormona que se produce cuando la piel se expone a la luz solar y se originan cambios en su estructura gracias al hígado y el riñón. Sea vitamina o prohormona, desempeña un papel crucial en el organismo: no solo es esencial para la absorción del calcio (fundamental para la salud ósea) sino que también influye en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.
La falta de vitamina D es un problema que puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente preocupante en niños y adultos mayores, quienes son más vulnerables a las complicaciones asociadas.
Las principales consecuencias de la carencia repercuten en los huesos. La deficiencia de vitamina D puede derivar en condiciones severas como el raquitismo en niños o la osteomalacia en adultos, ambas relacionadas con el reblandecimiento de los huesos. Esta carencia puede provocar deformidades óseas, fracturas frecuentes y una mayor propensión a caídas debido a la debilidad muscular y los calambres.
Síntomas
El cuerpo reacciona ante la deficiencia de esta vitamina de varias formas:
Sensación de fatiga y cansancio, debilidad muscular y dolor, tanto muscular como óseo.
Depresión, ansiedad o insomnio.
Roturas y fracturas de huesos, debido a la pérdida progresiva de densidad ósea.
Problemas intestinales, dentales o presión arterial alta.
Caries y gingivitis.
La prevención
La principal fuente de vitamina D para el cuerpo humano es la exposición a la luz solar. La piel produce esta vitamina de manera natural cuando se expone a los rayos ultravioleta del sol.
Además de la luz solar, la dieta también juega un papel importante en la obtención de vitamina D. Alimentos como los pescados grasos (salmón, trucha, sardinas, atún fresco), huevos, palta, hígado de vaca, lechey yogurt fortificados, pueden ayudar a mantener niveles adecuados. No obstante, en casos donde la exposición al sol y la dieta no sean suficientes, los suplementos de vitamina D se convierten en una alternativa.