El 20 de Marzo de 2020 el presidente Alberto Fernández anunciaba la imposición, por decreto, de un aislamiento total y la prohibición de circulación, en torno a la aparición de un nuevo coronavirus al que se denominó SARS-Cov2.
En la Argentina, según datos oficiales, hubo 10.044.125 casos calificados de Covid-19, la afección respiratoria severa provocada por el virus, de los cuales habría fallecido por ese motivo el 1,3% (130.463). No fueron pocas las personas que denunciaron que familiares o amigos murieron "con" Covid-19, pero no a causa de ello.
Además de la pérdida de allegados, la imposibilidad de contacto, velatorio, entierro y visita a cementerios, hizo que el dolor fuera mayor aún. No fueron pocos los casos de familiares que ingresaron a un hospital y con los que nunca más se tuvo cercanía, ni siquiera en un féretro.
A esa tragedia personal, se sumaron las muchísimas pérdidas económicas, el cierre de comercios de larga trayectoria y el desempleo. Muchos pudieron recuperarse mientras otros cerraron para siempre. A las consecuencias de las restricciones por cuestiones de salud, se sumaron las desacertadas medidas de gobierno que ubican a la Argentina en niveles de pobreza e inflación escandalosas.
De la población mundial a Marzo de 2023 (8.022.960.500 personas), el 8,5% (682.567.355) tuvo diagnósticos compatibles con el Covid-19 en 3 años. De esos contagiados, falleció el 1% (6.819.943).
La pandemia
"Estamos llegando al punto en que podemos considerar el Covid-19 de la misma manera que consideramos la gripe estacional, es decir, una amenaza para la salud. Un virus que seguirá causando muertes, pero que no perturba nuestra sociedad o nuestros sistemas hospitalarios", dijo recientemente Michael Ryan, jefe de programas de emergencia de la Organización Mundial de la Salud, el organismo de las Naciones Unidas, que osciló notablemente en los mensajes a la población desde 2020.
El 31 de diciembre de 2019, la O.M.S. había recibido una alerta sobre casos de neumonía "de causa desconocida" en la ciudad china de Wuhan. Una semana después, se identifica como causada por un nuevo coronavirus. El 11 de Enero China confirmó la primera muerte en esa ciudad. El 23 de Enero, Wuhan impuso una cuarentena para toda su población (62.000.000 de habitantes).
El 11 de Marzo, se declara que el Covid-19 es una pandemia y se propuso a los países a tomar medidas extremas para frenar el virus.
En pocos días Italia, España y Francia confinaban a la población. Alemania y Gran Bretaña decían que debía evitarse todo contacto social.
Al 2 de Abril, la mitad de la población mundial se vio obligada o invitada a recluirse en su casa.
Los mercados bursátiles mundiales colapsaron y sectores enteros de la economía se paralizaron. Aerolíneas, fabricantes de aviones y automóviles, turismo y grandes centros comerciales despidieron personal. Gobiernos y bancos centrales anunciaron medidas de apoyo masivas.
A mediados de 2020, varios países europeos hacen obligatorio el uso de barbijos en el transporte público, escuelas y comercios y en la calle, lo que desencadenó manifestaciones de opositores. Un año después, la oposición se vuelve contra las vacunas, y los pases sanitarios que las personas en algunos países están obligadas a mostrar para viajar.
Las vacunas aparecieron a fines de 2020 –mucho más rápido que en cualquier otro caso- y las primeras se aplican en E.U.A. y Europa.
La Argentina obtuvo sus primeras vacunas el 29 de Diciembre de 2020, pero la vacunación masiva a grupos de riesgo comenzó en recién en Marzo de 2021.
Un operativo para que se vacunara a personas cercanas al gobierno, denominado mediáticamente "vacunatorio VIP", provocó que el ministro responsable, Ginés González García, renunciara. El funcionario no dejó de decir que tales vacunaciones no existieron.
En 2021 la novedad surge con las variantes del virus, con diversas explicaciones de por qué muta.
Los medios de comunicación fueron una pieza fundamental en la sensación de pánico de la población. Toda la programación de la TV estuvo signada por contenidos -en muchas ocasiones contradictorias- sobre el virus, la enfermedad, la forma de transmisión, las medidas de prevención, etc.
El constante recuento de afectados y, en especial de muertos, provocó un grado de desmedida preocupación en la población general, que superaba las medidas básicas de cuidado.
Hay quienes aseguraron que todo lo sucedido desde 2020 conformó un siniestro experimento social a nivel global que demostró que, con los elementos apropiados, es posible imponer -en poco tiempo- acciones de toda la población del mundo.
