Los profesionales de la salud saben de los daños que produce la marihuana en una persona, pero muchos se empecinan en presentarla como algo inofensivo, que no hace mal alguno, que es menos tóxico que el tabaco. FALSO.
En la Argentina todos los problemas asociados a las drogas han ido creciendo sin freno desde hace décadas: delincuencia, adicciones, accidentes, corrupción, inseguridad. El narcotráfico lo corrompe todo. Mucho más cuando hay estructuras de poder débiles y de escasas virtudes. Un narcoestado no se construye de un día para el otro, sino socavando las estructuras con paciencia, tiempo y dinero.
Además de una exposición que en 2022 volverá a realizarse en Palermo dedicada a promocionar el consumo de este tóxico (además de incluir las bondades medicinales del cannabis), hace mucho tiempo que el Estado (en manos del kirchnerismo) autorizó la circulación de la revista THC, refiriendo al principio activo de la planta de marihuana, que no busca otra cosa que bajar las defensas para con este tóxico y estimular el acercamiento a esta droga.
El aceite de cannabis puede tener efectos concretos sobre la salud en personas enfermas (aparentemente por eso la provincia de Jujuy tiene 35 hectáreas sembradas de marihuana), pero sólo un ingenuo puede pensar que toda la estructura de una feria es para hablar de ese uso.
EFECTOS DE LA MARIHUANA
Este tóxico provoca efectos concretos en la percepción de la realidad y reducción en los reflejos que pueden, sin dudas, intervenir severamente en el manejo de vehículos y ser un factor de riesgo en accidentes.
La marihuana proviene de la planta cannabis sativa, de origen asiático cuyo ingrediente principal activo es el tetrahidro-cannabinol (THC).
En la actualidad el llamado "porro" es mucho más potente y por ello nocivo que el que se consumía en los años '60.
La marihuana (el THC) se asocia a la grasa humana y esto sucede por que es una droga liposoluble. Sólo se disuelve en la grasa y al cuerpo le cuesta mucho deshacerse de ella. Esto hace que la vida media en el organismo, sea mayor que otras drogas que son hidrosolubles. El THC se acumula en los tejidos grasos.
El sistema nervioso posee miles de millones de neuronas con dos energías que libera (eléctrica y química) y que son responsables de todos los procesos conductuales, mentales y psicológicos. Entre todas las paredes de las neuronas y en los espacios intercelulares que son tejidos grasos se estaciona y deposita el THC. Las paredes neuronales se engrosan.
Los ovarios y los testículos son sede de tejidos grasos. Se reduce progresivamente en los varones el nivel de la hormona masculina por la acumulación de THC en los testículos. En algunas oportunidades cuando el nivel de testosterona baja mucho, al hombre se le pueden desarrollar los pechos y puede formársele leche. En las mujeres que consumen mucha marihuana existen problemas de fertilidad y aumenta notablemente la incidencia de abortos espontáneos.
EL THC Y EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Los glóbulos blancos que son los guardianes que nos protegen de las infecciones están compuestos principalmente por grasa. La marihuana, por ende, baja las defensas y hace más fáciles las infecciones. De ahí que el fumador de marihuana esté expuesto y desprotegido frente a los virus y bacterias. En quienes están infectados por el virus del SIDA la posibilidad de fumar marihuana precipita la eclosión de la enfermedad ya que baja las defensas y resistencias orgánicas.
La marihuana es muy peligrosa. A diferencia del alcohol, que por lo general abandona el organismo antes de 24 horas en virtud de su carácter hidrosoluble, la marihuana es liposoluble, lo que significa que los productos químicos psicoactivos se fijan en las partes grasas del organismo.
La marihuana altera la memoria reciente y retarda el aprendizaje; dificulta las funciones reproductoras normales; afecta negativamente a las funciones cardíacas; tiene graves consecuencias sobre la percepción y el desempeño de actividades especializadas, como la conducción u otras tareas complejas en las que intervienen el juicio o destrezas motoras especiales, y dificulta seriamente las funciones, pulmonar y respiratoria.
EFECTOS SOBRE EL CEREBRO
Cuando una persona fuma marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones a la corriente sanguínea, que transporta el químico a los órganos en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro.
En el cerebro, el THC se conecta a sitios específicos en las células nerviosas llamados receptores de canabinoides, e influye en la actividad de dichas células. Algunas áreas del cerebro tienen muchos de esos receptores, otras pocos o ninguno. Muchos receptores de canabinoides se encuentran en las partes del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, las percepciones sensoriales y del tiempo, y en el movimiento coordinado.
Los efectos a corto plazo del uso de la marihuana pueden incluir problemas de la memoria y el aprendizaje; percepción distorsionada; dificultades para pensar y solucionar problemas; pérdida de la coordinación; y un aumento del ritmo cardiaco. Los hallazgos de las investigaciones sobre el uso crónico de la marihuana indican que hay algunos cambios en el cerebro similares a aquellos que se ven después del uso a largo plazo de otras drogas de abuso.
EFECTOS SOBRE EL CORAZÓN
El riesgo de que un usuario sufra un ataque al corazón se cuadruplica en la primera hora después de haber fumado marihuana. Los científicos sugieren que tal efecto puede ocurrir debido a los efectos de la marihuana sobre la presión arterial y el ritmo cardíaco y la reducción en la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
EFECTOS EN LOS PULMONES
En un estudio de 450 personas se encontró que quienes fumaban marihuana frecuentemente pero no fumaban tabaco tenían más problemas de salud y perdían más días de trabajo que los que no fumaban. Muchos de los días adicionales de enfermedad entre los fumadores de marihuana que participaron en el estudio fueron por enfermedades respiratorias.
Aún el uso infrecuente puede causar irritación y ardor en la boca y en la garganta, a menudo acompañados de una tos fuerte. Alguien que fuma marihuana regularmente puede tener muchos de los mismos problemas respiratorios que los fumadores de tabaco, como tos y producción de flema a diario, mayor frecuencia de enfermedades agudas del pecho, riesgo mayor de infecciones pulmonares, y mayor tendencia a la obstrucción de las vías respiratorias. Fumar marihuana también aumenta la probabilidad de desarrollar cáncer de la cabeza o del cuello, y mientras más marihuana se fuma, mayor es la probabilidad.
El uso de la marihuana tiene el potencial para promover el cáncer de los pulmones y otras partes de las vías respiratorias debido a los irritantes y carcinógenos que contiene. De hecho, el humo de la marihuana contiene entre 50 y 70% más hidrocarburos carcinógenos que el humo del tabaco. También produce altos niveles de una enzima que convierte ciertos hidrocarburos a su forma carcinógena, niveles que pueden acelerar los cambios que finalmente producen las células malignas. Los usuarios de marihuana generalmente inhalan más profundamente y sostienen su respiración más tiempo que los fumadores de tabaco, lo que aumenta la exposición de los pulmones al humo carcinógeno. Estos hechos sugieren que la marihuana puede aumentar el riesgo de cáncer aún más que el tabaco.
EFECTOS DEL USO FRECUENTE DE LA MARIHUANA EN EL APRENDIZAJE Y LA CONDUCTA SOCIAL
La depresión, la ansiedad, y las alteraciones en la personalidad han sido asociadas con el uso de marihuana. Las investigaciones demuestran claramente que la marihuana tiene el potencial de causar problemas en la vida cotidiana o empeorar los problemas actuales del usuario. Ya que la marihuana afecta la habilidad para aprender y recordar información, mientras más marihuana use una persona, mayor es la probabilidad de que se retrase en la adquisición de habilidades intelectuales, laborales o sociales.
Los estudiantes que fuman marihuana obtienen notas más bajas y tienen menos posibilidad de completar sus estudios, en comparación con sus compañeros que no fuman.
Es más probable que los trabajadores que fuman marihuana tengan problemas en el trabajo que sus colegas que no la fuman. Varios estudios asocian el hábito de fumar marihuana de un trabajador con un aumento en las ausencias, retrasos, accidentes, reclamos al seguro ocupacional, y cambios de trabajo.