La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal medida que una caída o incluso una leve tensión como agacharse o toser, pueden causar una fractura. Las fracturas relacionadas con la osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la cadera, la muñeca o la columna vertebral.
El hueso es tejido vivo que se descompone y reemplaza constantemente. La osteoporosis ocurre cuando la generación de hueso nuevo es más lenta que la pérdida de hueso viejo.
Se trata de una enfermedad que afecta a hombres y mujeres de todas las razas. Pero las mujeres blancas y asiáticas, especialmente las mujeres mayores posmenopáusicas, son las que corren mayor riesgo. Ciertos medicamentos, la dieta saludable y los ejercicios pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea o a fortalecer los huesos débiles.
Las etapas iniciales de la osteoporosis no presentan síntomas, pero una vez que se debilitan los huesos, puede haber signos y síntomas:
Dolor de espalda, provocado por una vértebra fracturada o aplastada
Pérdida de estatura con el tiempo
Una postura encorvada
Un hueso que se rompe mucho más fácilmente de lo esperado
Cuando las personas son jóvenes, el desarrollo de huesos nuevos es más veloz que la descomposición en el cuerpo, por lo que la masa ósea aumenta. Después de los 20 años, este proceso se hace más lento y la mayoría de las personas alcanzan su masa ósea máxima a la edad de 30. A medida que las personas envejecen, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.
La probabilidad de desarrollar osteoporosis depende en parte de cuánta masa ósea se obtuvo en la juventud. La masa ósea máxima es en parte hereditaria y también varía según el grupo étnico. Cuanto mayor sea la densidad ósea máxima que se adquiera, más tejido óseo se tendrá "en la reserva" y menor será la probabilidad de padecer osteoporosis al envejecer.
Riesgos
Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar osteoporosis que los hombres.
Edad. A mayor edad, mayor será el riesgo de osteoporosis.
Raza. Las personas de raza blanca o ascendencia asiática tienen mayor riesgo de padecer osteoporosis.
Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano con osteoporosis predispone a un mayor riesgo, especialmente si la madre o padre sufrieron fractura de cadera.
Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen estructuras corporales pequeñas tienden a correr un riesgo más alto debido a que podrían tener menos masa ósea para utilizar a medida que envejecen.
La osteoporosis también se ha asociado con la hiperactividad de las glándulas paratiroides y suprarrenales.
La osteoporosis es más probable que ocurra en personas que tienen:
Bajo consumo de calcio. La falta de calcio de por vida juega un papel en el desarrollo de la osteoporosis. Una dieta baja en calcio contribuye a la disminución de la densidad ósea, la pérdida ósea temprana y un mayor riesgo de fracturas.
Trastornos de la alimentación. La restricción extrema de la ingesta de alimentos y el bajo peso debilitan los huesos tanto en hombres como en mujeres.
Cirugía gastrointestinal. La cirugía para reducir el tamaño del estómago o para extirpar parte del intestino limita la cantidad de superficie disponible para absorber nutrientes, incluido el calcio. Estas cirugías incluyen aquellas para ayudar a perder peso y para otros trastornos gastrointestinales.
El uso a largo plazo de medicamentos corticosteroides orales o inyectados, interfiere en el proceso de reconstrucción ósea. La osteoporosis también se ha asociado con medicamentos utilizados para combatir o prevenir convulsiones, reflujo gástrico, cáncer y rechazo a trasplantes.
El riesgo de osteoporosis es mayor en personas que tienen ciertos problemas médicos, como celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad renal o hepática, cáncer, lupus, mieloma múltiple y artritis reumatoide.
Las personas que pasan mucho tiempo sentadas tienen un mayor riesgo de presentar osteoporosis que las personas más activas. Cualquier ejercicio con pesas y actividades que promuevan el equilibrio y la buena postura trae beneficios para los huesos, pero caminar, correr, saltar, bailar y levantar pesas parecen ser particularmente beneficiosas.
Mientras el consumo regular de más de dos vasos de alcohol al día aumenta el riesgo de osteoporosis, no está claro cómo actúa el tabaco, aunque se ha demostrado que su consumo debilita los huesos.
Prevención
La buena nutrición y el ejercicio regular son esenciales para mantener los huesos sanos durante toda la vida.
El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral. Los ejercicios de equilibrio como el taichí ayudan a reducir el riesgo de caídas, especialmente al envejecer.
Nadar, andar en bicicleta y ejercitarse con máquinas como los elípticos pueden proporcionar un buen ejercicio cardiovascular, pero no son tan beneficiosos para mejorar la salud ósea.