La diabetes afecta a más de 340.000.000 de personas en el mundo, aunque se calcula que en la Argentina, según datos oficiales, la mitad de las personas que conviven con esta enfermedad lo desconoce.
Es necesario concientizar a la población portadora de la enfermedad sobre los riesgos a los que se expone si no la controla. Esto implica asumir un rol activo, dado que si bien los médicos pueden guiar al paciente, indicarle medicamentos, explicarle y demás, cuando no existe conocimiento respecto a la importancia del autocuidado, el tratamiento fracasa.
El concepto de educación diabetológica va mucho más allá de tomar una pastilla o aplicarse insulina. Significa tomar conciencia y entender que, por ejemplo, la glucosa debe estar normal en la sangre no como un capricho médico, sino que es para evitar la aparición de problemas en la visión, en el riñón, o bien complicaciones cardiovasculares y amputaciones.
Esto implica, además, que el paciente debe tener control sobre lo que come, la actividad física que realiza, su valor de azúcar en sangre, el estado de sus ojos y sus riñones, la salud del corazón, su presión arterial y su colesterol.
En Estados Unidos se estima que para el año 2050 una de cada tres personas tendrá diabetes. Por eso, siguiendo los lineamientos de la Federación Internacional de Diabetes que caracterizó a esta enfermedad como ‘la epidemia del siglo XXI’, los especialistas aprovechan el Día Mundial (14 de Noviembre) para transmitir un mensaje claro: ‘Tomemos el control de la diabetes’.
Señales de alarma
Si bien hay algunos signos de la diabetes que tienen que ver con el saber popular y por ende están más difundidos –entre ellos el tener sed en exceso o ir muchas veces al baño– hay otros que no reciben tanta atención.
Entre estos figuran:
Los antecedentes familiares de diabetes tipo 2 en los padres.
La obesidad.
El nivel de glucemia superior a 100 mg/dl.
Los antecedentes de diabetes gestacional.
Los triglicéridos elevados en sangre.
Cuando el diagnóstico ya está
Aproximadamente y en líneas generales, el 90% de las personas que tienen diabetes presenta el tipo 2 (no insulinodependiente, también llamado "del adulto"), mientras el 10% restante presenta diabetes tipo 1 (insulinodependiente). Si bien muchos creen que lo mejor es no tener que inyectarse insulina, los especialistas se ocupan de aclarar que, siempre, lo más conveniente es tener la glucemia baja, más allá del método que se utilice, ya sean pastillas o insulina.
En este sentido actualmente existe la posibilidad de inyectarse insulina con dispositivos más modernos y cómodos (pen de insulina) que tienen agujas siliconadas que no duelen. Por otro lado, hoy en día los médicos se guían por el concepto de "insulinización oportuna", es decir cuando el paciente lo requiere.
Más allá de la terapia elegida, cuando una persona tiene diabetes, debe adaptar su alimentación, realizar actividad física regular y programada, chequearse la presión, la glucemia y el colesterol, realizarse un examen de fondo de ojo una vez al año, realizarse análisis de orina al menos una vez al año para evaluar si hay pérdida de proteínas, controlarse los pies, evaluar mediante controles médicos si se presenta cardiopatía isquémica y controlar la hemoglobina glicosilada (promedio de glucemia de los 3 meses) 3 ó 4 veces al año.
Aclarando dudas
Así se denomina el ciclo de orientación a pacientes en esta enfermedad crónica causada por una incapacidad del organismo para producir o utilizar la hormona insulina.
"Hoy es un día de reflexión sobre la enfermedad en el mundo entero y San Isidro no está exento. En nuestros tres hospitales municipales contamos con sección de nutrición y diabetología", señaló María Virginia Prieto, jefa de la sección Nutrición y Diabetología del Hospital Central de San Isidro.
"Teniendo en cuenta que se acercan días festivos, tocamos el tema de alimentación saludable para esas fechas; resolución de hipoglucemia, cuáles son los alimentos que conviene y cuáles no para que el paciente pueda tomar buenas decisiones aún cuando no está al lado del médico", explicó la especialista.
Luego de participar del taller, Roberto Romero comentó: "Estas charlas son muy importantes porque me educan a la hora de comer. Tenemos que ser concientes de que la diabetes no llama, es silenciosa".
"Hace 20 años esta enfermedad apareció mi vida. Gracias a estos encuentros en el hospital mejoró mi calidad de vida", agregó Liliana Sallas.
"Los factores desencadenantes en el caso de diabetes tipo 2 tiene que ver con el estilo de vida, la obesidad, problemas de grasas en la sangre, hipertensión, entre otros. El estilo alimentario que no es saludable asociado al sedentarismo y el estrés de la vida cotidiana son detonantes de la enfermedad. Cómo me alimento y cómo me muevo es fundamental para evitar el desarrollo de esta enfermedad", dijo Prieto.
La diabetes puede desarrollarse durante varios años de manera silenciosa, es decir que no presenta síntomas; aunque pueden aparecer los siguientes signos: algunos de estos son: infecciones frecuentes en la piel, sed constante, pérdida de peso, mayor apetito, mayor producción de orina y boca seca.