Desde que comenzó la cuarentena hubo un considerable aumento de embarazos no controlados o mal controlados, lo que implica riesgos y complicaciones diversos.
Una embarazada es evaluada para considerar su estado general de salud y atender situaciones que, tempranamente, puedan ser atendidas y mejoradas: administración de ácido fólico, examen físico general, determinación de grupo sanguíneo y factor Rh, estado nutricional, tabaquismo y otras adicciones, suplementación de hierro, diagnóstico de enfermedades (sífilis, Chagas, hepatitis B, toxoplasmosis, HIV), aplicación de vacunas, examen mamario, etc.)
Estos controles permiten que la mujer y el niño lleguen al momento del parto en las mejores condiciones posibles y puedan evitarse situaciones de emergencia o afecciones posteriores.
"Es muy importante que el embarazo se atienda desde el principio, que las pacientes no dejen de concurrir regularmente, porque el control del embarazo significa poder detectar problemas y solucionarlos antes de tener complicaciones", explicó la Dra. Laura Abojer, jefa del servicio de Obstetricia del Hospital Materno Infantil de San Isidro.