El botón o la perilla para descargar el depósito del baño es lo que tocamos antes de lavarnos las manos. Y nadie limpia a diario ese lugar. Lo mismo sucede con los pasamanos ya que miles de personas los tocan, pero no se desinfectan a diario (aunque si se hiciera sólo al comienzo de la jornada del vehículo, de poco serviría).

Pero el celular, algo tan personal, tan íntimo, que nos acompaña todo el día, que nos despierta, que nos contacta con seres queridos, con clientes,... lo tocamos por todos lados, deslizamos nuestros dedos sobre la pantalla, lo ponemos junto al almuerzo mientras lo comemos y para muchos es lo último que se toca antes de dormir... TAMBIÉN ESTÁ SUCIO.

Hace unos años, un estudio de la Universidad de Barcelona reveló que las pantallas de los teléfonos celulares pueden contener hasta 600 bacterias, es decir 30 veces más que las que se encuentran habitualmente en la tapa del inodoro.

Otros objetos que suelen estar sucios y, casi nunca reciben una limpieza adecuada, son los juguetes. Los chicos trasladan estos objetos cuando salen a pasear, cuando van a plazas, y luego vuelven a la casa. Los más chiquitos no es raro que se los pongan en la boca, pero los más grandes "conviven" con ellos por todos lados e, incluso, duermen con ellos.

Un correcto lavado de manos es un hábito valioso para poner en práctica y para enseñar y sugerir. Pero ¿de cuánto sirve si el picaporte de la casa cuando llegamos, el celular y otros objetos que trasladamos a diario y que estuvieron en contacto con bacterias no son desinfectados adecuada y cotidianamente?

Un estudio realizado por investigadores de la carrera Ingeniería en Alimentos de la Fundación UADE demostró que en el teclado de una computadora o en un celular se pueden observar niveles de suciedad biológica mayores que en el interior de un inodoro.

Comprender la importancia del lavado de manos Y DE LOS OBJETOS QUE HAN SIDO CONTAMINADOS puede evitar complicaciones de salud a chicos y grandes.

Una receta para limpiar las pantallas de celulares y tabletas, se dice, es utilizar una mezcla de vinagre de alcohol y agua. Vaporizar el dispositivo con un rociador o mojarlo con un paño limpio con detalle y cuidado y luego secarlo bien.

Para el resto de los objetos mencionados, el camino es el lavado con agua y detergente (aquellos que lo toleran), la lavandina o el alcohol rebajado en un 30% con agua.