[2020] - En San Isidro nacen cerca de 5 niños por año con síndrome de Down en el sistema de salud público. Una cifra muy diferente a la que se registra en países como España, Francia, Canadá o EE.UU., donde la mayoría de los padres que se someten a la amniocentesis para conocer posibles patologías del embrión matan a sus hijos si les informan que tiene este síndrome que, como se sabe, no es una enfermedad.
"El diagnóstico prenatal no es para erradicar la enfermedad sino al enfermo", señaló en Buenos Aires la socióloga y bioeticista francesa Segolene Du Closel. "Desde 2010, en Francia, los médicos están obligados a proponer el diagnóstico del síndrome de Down. De los detectados nace el 5%".
Los proyectos de legalización del aborto incluyen la eliminación de personas que presenten síndromes como este. Por extraño que le parezca a alguno, así es toda vez que se incluye como argumentación para solicitarlo "legalmente" una amplia y difusa causal de "salud" de la madre, una mujer que puede decir que "no está preparada" emocionalmente para parir un niño con esta condición.
Este día fue designado porque es el par 21 el que puede tener 3 cromosomas, en lugar de dos. Es así que cada 21 de Marzo (el 21 del 3) se dedica a celebrar cómo científica y socialmente se ha crecido para reducir la brecha que antes separaba a quienes padecían este síndrome del resto de la sociedad.
Por razones desconocidas, cada vez hay mayor cantidad de madres que tienen hijos con síndrome de Down. Podría influir la maternidad en la edad "avanzada", pero de todos modos esto no es categórico.
Aunque aún hay muchos prejuicios (fruto del desconocimiento), lo cierto es que, en la Argentina, las personas con este síndrome (que no es una enfermedad) tienen mucha mayor visualización que en el pasado. Hace tiempo se los ocultaba y hoy son parte de la cotidianeidad de muchas personas, se sabe que pueden desarrollar muchas habilidades e independencia, que el Estado los considera y las organizaciones que trabajan por la integración son mucho más fuertes.
De todas formas, lamentablemente, hay gente todavía incapaz de respetarlos realmente. Lo que pasa en otros países en cuanto a matarlos antes de que nazcan cuando el médico comunica a sus padres la condición es lamentable y, en la Argentina podría suceder y hay que evitarlo.
Las personas con síndrome de Down reciben estimulación de muy temprana edad y por eso llegan a niveles cada vez más altos de capacitación, viven más años y tienen un grado de integración impensado para la década del '60 cuando comenzó a divulgarse la explicación de su condición.
¡Laissez les vivre!
Jérôme Lejeune fue el médico e investigador francés que demostró en 1958 que el síndrome de Down tenía su origen en una alteración genética. Antes de ese momento se decía que un niño nacía con este trastorno porque su madre había tenido un mal comportamiento sexual.
Este médico parisino, luego de publicar su descubrimiento sobre la trisomía 21 fue designado como experto de la Organización Mundial de la Salud en 1962 y en 1964 fue nombrado Director del Centro nacional de Investigaciones Científicas de Francia y en el mismo año se crea para él, en la Facultad de Medicina de la Sorbona, la primera cátedra de Genética Fundamental.
Se esperaba que recibiera el Premio Nobel, pero en 1970 se opuso firmemente al proyecto de ley de aborto "terapéutico" de Francia y se refirió a la Organización Mundial de la Salud diciendo "He aquí una institución para la salud que se ha transformado en una institución para la muerte". Esa misma tarde escribió a su mujer y a su hija diciendo: "Hoy me he jugado mi Premio Nobel". Tenía razón, ya que nunca se lo dieron. No querían a un científico que se opusiera a la agenda abortista.
Las personas con síndrome de Down son naturalmente afectuosas, espontáneas, entusiastas y fieles. No son mejores ni peores que ninguna otra persona, aunque su abierta demostración de sentimientos nos invite a considerarlos "mejores".
Son tan dignos y respetables como cualquier niño, joven o adulto, con sus derechos y obligaciones acordes con su realidad.
La sociedad que los comprende e integra es una mejor sociedad, más preparada para priorizar adecuadamente, más predispuesta a crecer sin dejar a nadie de lado.