El ciclismo es uno de los deportes más populares del país junto al fútbol, el básquet y el hockey. La práctica del ciclismo como actividad recreativa-deportiva se ubica entre los cuatro primeros lugares en nuestro país, junto a la caminata, el fútbol y el running.
El ciclismo es inclusivo y permite que lo practiquen desde niños hasta adultos mayores; produce muchos beneficios a nivel físico: mejora la potencia aeróbica, fortalece el corazón y aumenta la capacidad muscular y también es muy adecuado para quemar grasas.
Esta práctica parece no presentar peligros a simple vista, aunque la realidad marca lo contrario. Desde el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires afirman que la demanda de tratamientos de los pacientes con problemas físicos y lesiones derivados del ciclismo va en aumento.
Exceptuando los traumatismos que producen las caídas (que significan un porcentaje importante), las molestias y dolores más recurrentes para los ciclistas se localizan principalmente en las rodillas (se resiente la articulación entre la rótula y el fémur), la espalda (fundamentalmente en el ciclismo competitivo), la cintura, cuádriceps, talones, cuello y manos. La tendinitis (en el tendón de Aquiles), dolores cervicales y la lumbalgia son las lesiones más usuales (las molestias en el cuello y la espalda abarcan más del 50% de las consultas).
En CoKiBA explicaron que las posturas del cuerpo sobre la bicicleta, combinadas con los gestos del pedaleo y el diseño de la bicicleta (tanto en altura como en largo), la velocidad y la superficie en la que se practica la disciplina (asfalto, montaña, arena), suelen ser los factores principales asociados a las lesiones. Por ejemplo, tener el asiento demasiado alto o demasiado bajo, puede causar lesiones en tendones y músculos.
Para evitar lesiones, como en todas las prácticas deportivas, se puede seguir un protocolo que debe estar determinado por un profesional kinesiólogo, de modo que cada persona puede realizar su plan de trabajo y los ejercicios con la intensidad adecuada a su preparación y estado físico. Así se corrigen y modifican los errores posturales, se adecuan las medidas de la bicicleta a cada usuario y también se potencia el entrenamiento de la musculatura dorsal.
Una posición adecuada en la bicicleta, una buena postura sobre el manubrio, un asiento cómodo y no demasiado alto y una corona de tamaño normal resultan de gran ayuda a la hora de evitar dolores posturales o lesiones más importantes. Las causas más habituales de las lesiones están relacionadas con deficiencias musculares y también se le suman errores técnicos en que se incurren durante el gesto deportivo.
A simple vista podríamos pensar que hay un único modo de montar una bicicleta, sin embargo, existen técnicas precisas que ayudarán a evitar lesiones y poder continuar con la práctica de esta actividad.
Desde CoKiBA indicaron que es muy importante respetar las técnicas del pedaleo, ya que es la base para desarrollar un correcto andar y no repercutir negativamente en todos los músculos que trabajan. "En principio se recomienda utilizar correas que sujeten los pies, para mayor seguridad y agarre, luego es importante mantener el andar en modo recto, empujando firmemente con una pierna el pedal hacia abajo, mientras con la otra tiramos hacia arriba".