La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes causada por el deterioro de las arterias y venas que irrigan la retina, una capa de nervios que recubre al ojo por dentro, cuya función es percibir la luz e imágenes que llegarán al cerebro.
El daño en los vasos sanguíneos puede disminuir la visión o distorsionar las imágenes. Generalmente, no presenta síntomas y los riesgos de desarrollarla aumentan con el avance de la enfermedad y con el mal control de la glucemia.
Diagnóstico
El oftalmólogo examina el fondo de ojo (retina, mácula y nervio óptico), generalmente recurriendo a la dilatación de las pupilas, lo que se logra mediante la aplicación de gotas. Es un proceso rápido e indoloro. Si se comprueba la presencia de retinopatía diabética, se pueden efectuar otros estudios para determinar si el caso requiere tratamiento.
La diabetes es la segunda causa de ceguera en los países industrializados y la principal en personas de 25 a 74 años. En la Argentina hay alrededor de 1.500.000 diabéticos (entre el 4 y 5% de la población, y se estima que la mitad de ellos ignora que padece esta enfermedad). Casi todos los pacientes diabéticos desarrollarán algún grado de retinopatía a lo largo de su vida.