6 de Abril de 1896. Atenas. Luego de una larga espera, el Comité Olímpico Internacional reinaugura los Juegos Olímpicos de la era moderna. En ellos participaron 241 atletas de 14 países que compitieron en 43 eventos de 9 deportes. De esta manera resurgen las Olimpiadas.
Más de un siglo después, en el año 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide proclamar al 6 de Abril, en honor a aquel suceso, como el "Día Internacional del Deporte para el desarrollo y la Paz". De esta forma, la ONU nos extiende una invitación a tomar conciencia sobre el valor implícito que trae aparejada esta actividad.
Año 2002. La Organización Mundial de la Salud propone celebrar el "Día Mundial de la Actividad Física". Luego de observar la iniciativa promulgada por "Agita Mundo" en la ciudad de San Pablo, Brasil, para mejorar la salud de la población en la semana de la celebración del "Día Mundial de la Salud" -que se conmemora el 7 de Abril-, la OMS decide proclamar el 6 abril como el Día de la Actividad Física. El espectáculo, de enorme envergadura, logró sorprender a los referentes de la OMS que nunca antes habían visto movilizarse a tantas personas por una celebración en torno a la salud.
"Sé activo todos los días". A partir del lema elegido para este año, la OMS nos apela a repensar el lugar que ocupa la actividad física en nuestra vida corriente. No solamente se trataría de caminar, correr, ejercitarnos; sino la actitud con la cual decimos afrontar nuestros días. El ser "activos" nos remite al plano del movimiento. El movimiento nos permite orientarnos hacia lo que deseamos. Nos impulsa a buscar una mejor versión de nosotros mismos. El atleta que afronta una competencia debe emplear su vigor, energía, agresividad para concretar su tarea.
Etimológicamente el vocablo "competencia" deriva del latín competere, "ir al encuentro de". Por tal razón, tanto en el deporte como en nuestros días cotidianos, debemos ser activos para ir al encuentro de. Ser agresivos en la búsqueda de lo que queremos para nuestras vidas. No en la consumación de una meta, sino en la realización de una tarea, una misión.
Evidentemente, la actividad física y la salud mantienen una relación muy estrecha, no solo por la cercanía en los días de su celebración, sino en cuanto a su visión antropológica. Ambos conceptos no reducen al hombre al plano biológico o mental, sino que lo integran en una unidad antropológica.
Somos seres indivisibles y como tales debemos ser concebidos en nuestra totalidad. Salud y actividad física están íntimamente ligadas. El movimiento es un concepto esencial a la hora de hablar de salud. Nos impulsa, nos activa, nos permite emplear el vigor necesario para afrontar nuestros horizontes de expectativas en la búsqueda de un sentido. El movimiento, y vaya que el deporte es dinámico, nos permite salir de nosotros mismos; nos invita a levantarnos de la cama para "salir hacia afuera" -¿o acaso se puede salir hacia adentro?-.
El movimiento es acción. Uno de los peligros de nuestra sociedad radica en el hecho de mirar la película de nuestras vidas recostados en un cómodo sillón -cultura Netflix-. Posiblemente allí no habrá riesgos y estaremos resguardados. Pero seguramente tampoco seremos los actores protagónicos de nuestra existencia. Debemos recuperar el protagonismo de nuestras vidas dándonos hacia afuera, siendo agresivos. No se trata de movernos por movernos, de hacer por hacer. Sino de "ser haciendo".
El deporte es una de las tantas áreas -como lo son el arte, la música, la pintura, el teatro- para reconquistar el protagonismo de nuestras vidas. Al desarrollarnos físicamente, nos vemos haciendo. Esa mini cuota de estrés que podría ser caminar unas cuadras todas las mañanas o esa leve tensión que representa ir al gimnasio una vez por semana me confronta con el hecho de salir de mis pensamientos rumiantes, de dejar de vivir pensando lo que tenemos que hacer, para elegir-vivir activamente mi presente.
Ya sea practicando un deporte o realizando una actividad física, mantenernos activos en pleno movimiento nos orienta a una estado de bienestar que nos presenta la oportunidad de desarrollarnos y encontrar la paz. Hoy, 6 de Abril, confluyen por razones casuales o causales la celebración del día del deporte y el día de la actividad física. Que sea una oportunidad para despertarnos y ser activos de nuestro propio proyecto de vida.
-> Licenciado Sebastián Blasco Profesor de la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y director del primer Curso de Psicología del Deporte.